Thursday, August 04, 2005

Desde que empezó la historia de la invasión española (a la verga la palabra "conquista", fue una invasión en el más puro sentido de la palabra), nuestro territorio madre siempre ha tenido el pescuezo pisoteado por generación tras generación de sotanudos pelaverga quienes, alegando tener banda ancha con "Taita Dius" aprovecharon para robar, saquear, cagar, violar y transformar a un pueblo otrora implacable y poderoso, en los pobres gusanos limosneros que somos ahora.Sí, esto es una continuación de el anterior hilo sobre Pague por sufrir, había dejado en claro que aún había mucho por decir y mucha tela por cortar.

Los que vengan a decir que esto del fanatismo religioso y guevadas cometidas en nombre del Salvador son cosas producto de la actual crisis económica, no pueden estar más errados. Este modo de pensar absolutista, obtuso y más cerrado que una concha pata de mula viene desde la invasión española. Cuando asesinaron a Atahualpa por influencia del cura de mierda que vino colgado de los huevos de Pizarro y sus batracios. Si Pizarro se había dado cuenta que el Inca era un hombre de inteligencia extrema, (de hecho, el inca promedio era un pana de mínimo 1.70 de alto, bien papeado, trabajador porque el peor delito en el Tahuantinsuyo era emular a "Marido de Tofusamaricón", es decir, OCIOSO LAMEBOLSA VALEDOR DE VERGA; y Rolando Vera valdría verga ante el más turro de ellos) sabio y condescendiente, lo había demostrado derrotando el Inca al español en el ajedrez con un par de mesas de aprendizaje.
El que metió cizaña para que le den viravuelta al Emperador fue el cura, porque le cogió odio luego de que Atahualpa le tirara la biblia a la cara y le dijera mentiroso. Claro, el cojudo del sotanudo le había gritado que la biblia era la palabra de Dios, y el otro se la colocó al oído y al no escuchar nada, pues lo más lógico fue decirle al cura: Métete tu libro por el culo.Tras la garroteada del Inca, la Iglesia empezó a servirse con la cuchara grande del inmenso tesoro del Tahuantinsuyo, todo el oro y la plata fue robado y enviado "para gloria de la Santa Iglesia", y lo peor, los finos trabajos orfebres fueron simplemente fundidos puesto que los curas consideraban las imágenes del Sol y otras como "imágenes diabólicas". Luego de eso, sumada la imposición por fuerza de las armas del cristianismo y la creación de las brechas sociales (blanco=rey, indio=esclavo prescindible, cholo o mestizo=migajero e intermediario, negro=para betunar los barcos) toda la antigua filosofía, cultura y estilo de pensamiento incaico o aborigen se fue por el retrete. La iglesia católica se había esparcido triunfante por todo el continente.

Después, lo que todos saben, mandamos a la verga a los españoles y se instauró la república. Pero el clero no sufrió la mínima mella. De hecho, el cura se volvió el centro verdadero de la familia. Era el profesor, el tutor, el consejero, el confesor, el médico (dos padrenuestros para los cólicos y cuatro avemarías para un abdomen agudo, jajajaja), el abogado, el chismoso de turno y sobre todo, la primera verga en la vida de la niña o el arropado de la doña (y el esposo cagado de risa), claro a la niña le empezaba a calentar el pancito, había que decirlo al confesor, pues era pecado mortal y la única forma de expiar esas "diabólicas y satánicas tentaciones" era que el santo padre le sacara los demonios de adentro con su sagrado cirio pascual. Numerosos registros cuentan las atrocidades cometidas por esos hijos de puta y cómo les cagaban la vida a la gente, viviendo aterrorizados que les caiga el castigo de "manitu de Taita Dius" por hacer algo tan normal como culearse a la pelada o preferir ruquear bien que amanecerse para la misa de gallo del domingo. Libros como "Cholos", "Huasipungo", "A la costa" y tantos otros relatan las guevadas cometidas por el clero. Chantaje, extorsión, violación, robo, espionaje y otros actos eran simplemente llamados "Actos de Dios".

Todos estos cientos de años de esas reglas, esos temores impuestos y el poder implacable que aún posee la iglesia, y lo que es más, se lo disputan esas sectas vergantes sean gringas, brasileras o de donde chucha sea, provocan la proverbial pasividad nuestra, nuestro siempre presente "pegue patrún" y que cada vez que una pelada culee por primera vez se sienta peor que una puta de la 18, sólo por realizar algo tan natural y placentero (y que cuando se enteren que ha entregado el rosquete, mil dedos la señalen, la acusen, y le deseen mil tormentos en el infierno). Sin mencionar nuestra fobia al cambio. Como ya dije antes, más vale mierda saboreada, que parrillada por saborear...Y claro, nosotros nos jactamos y regocijamos con el pensamiento de ser el pueblo más creyente, con más fe, con más temor de Dios...¡¡PUTA MIERDA!!
Deberíamos estar recontra avergonzados de que una tracalada de sotanudos tragahostias se la pasen edictando nuestro modo de ser, de pensar y de vivir. No es posible que todavìa exista gente que prefiera pegarse un tiro a faltar un domingo a escuchar ladrar al cura de turno, o que le crea a un ex-violador drogadicto con una biblia y una pandereta en la mano que la concha virgen de su hija de 14 años es la manera óptima de salvar su alma y tener al Señor en su casa, o que toda la fortuna de una familia sea donada al presbítero para construir iglesias, templos o una nueva mansión, carro o un par de hayacas de grifa para el buen pastor, teniendo un hijo que se muere de hambre o clama por ir a la escuela... Y no me digan que no es cierto porque siempre a la vuelta de la esquina o a alguien que conozcan le ha de pasar esa guevada. ¿Qué pasaría si la gente supiera cómo se festinan los "diezmos" que los cojudos de los creyentes lanzan a las arcas de los templos? Claro, a todos les meten el dedo diciendo que ese billete es para garantizar y predicar la palabra de Dios, pero en verdad ese billete va para engrosar cuentas bancarias, construir mansiones, pagar putas y cacheros, coca y yerba, comprar terrenos, y mil guevadas más.Así que ya saben, si quieren poner su granito de arena, colaborar con la supuesta "refundación" del país, elevar la actitud de rastreros que tenemos, MANDEN A LA VERGA A LOS CURAS, PASTORES Y DEMÁS MAMAVERGAS QUE LO QUE QUIEREN ES ENTUCARNOS Y LAVARNOS EL MATE.
ABAJO LA RELIGIÓN.
VALLENATO HIJO DE REMIL PUTAS.