Ahora sí estoy inmunizado contra esta tontera de la depre diciembrera y navideña. Eso creo.
Les deseo a mis amadas lectoras y mis estimados lectores una muy bonita navidad, que la pasen, si no es con su familia, por lo menos la pasen rodeados de alegría, con gente que se quiere, y ultimadamente, celebrenlo con un siempre saludable orgasmo.
Abrazo especial para los habitantes de la república monárquica de Suazilandia, de su Ministro de Salud y Sanos Multiorgasmos. No estaré el 27 físicamente, pero sí espiritualmente. Eleven un par en mi nombre!!
MERRY XMAS EVERYONE!!
Y ahora no dejo una, sino varias postales.
1. Para mis amadas mujeres. ...favor a alejar al torreja Barahona de esta pantalla, so riesgo de ser lamida.
"Oe Don Shanta, y cuando toque cambiar el villancico, cómo chu--- hacemos?"
2. Para que los machos alfa (señores del Glam, Charm y PORN) nos sintamos complacidos. Ahora las quiero todas tomaditas de la mano, bien tiernas se van a ver...
HOT XMAS 3. Para los otakus. No sabía que los ninjas pedían deseos a Papá Noel...
Por mucho que lo deseemos Nuestras cadenas no se rompen Por mucho que lo deseemos No logramos dominar a nuestras bestias Aceptemos y veneremos a nuestros antepasados, Que se encuentran más allá, donde no hay luz. - Antiguo HAIKU -
- Escoge. Blancas o negras. - Negras. - Blancas. Me habrías sorprendido que escogieras las blancas. - Vamos, es mi color predilecto…
1. Peón ¡Jesús! Se volvió a descomponer esta maldita ducha. Si hay algo que odio en esta vida, es recibir agujazos helados por mi espalda de súbito. Así, sin avisar. Puta madre, es el calefón que siempre jode y que nunca encuentro tiempo, dinero o gasfitero para hacerlo arreglar de una vez. Yo mismo tengo la culpa. Por vago, por dejado, por olvidado. Tres epítetos que solía esgrimir mi mujer cada vez que nos íbamos de insultos por esta u otra razón. ¿Ella con la razón? ¿Yo equivocado? El resultado no habría variado fuera cual fuera la situación.
Y fue en víspera de fiestas de Quito justo. Que estaba yo entusiasmado y de buen humor para arreglar las cosas. Un adelantito en el sueldo a punta de sonrisas gastadas como llantas de bus, para marchar directo al KFC y ordenar un “festín sin igual”, pollito frito y caliente, como a ella tanto le gusta. Y para acompañar, un roncito comprado a doña Tita, en la tienda al frente de mi edificio. Cuando puse esta excusa para hacer las paces sobre la oxidada mesa plegable, para romper por una vez el patrón, de ser tú la que poses el alimento ahí y yo me lo trague antes que tú vayas por la mitad; dije tu nombre. Mijita, venga a ver lo que le traje. Los siseos y retumbos de la refri y un lejano pasillo proveniente de quién carajo sabe qué departamento fueron mi respuesta. Supuse que habrías ido a casa de doña Clota a que te preste el fono, pues llevábamos tres meses impagos y estos de Andinatel no se andan con guevadas a la hora de cortarte la línea. Mientras me dirigía a la ducha para lavarme y matar tiempo hasta que llegues vi el espejo todo borroneado de rojo formando una frase que me escupió el rostro al verla “ME LARGO DE AQUÍ HIJUEPUTA”.
Las vecinas ni vieron ni oyeron nada. Las batracias ésas, puro chisme y lengua larga pero cuando se necesita saber de alguien ahí valen dos palabras. Tu mamá luego de recibirme con sus cariñosas puteadas me graznó que de ti no sabía nada pero bien que haya dejado al inútil de mí. De las dos únicas amigas que disponía su número (una de ellas un vacilito en chiqui pero bien que las vecinas se encargaron de hacértelo saber) tampoco pude obtener nada. Arrecho, dolido, atemorizado, celoso, pasé tres semanas enteras sin conocer de tus pasos ni nada. Hasta que la idea que tantas veces rechazaba tuve que finalmente hacerla parte de mi vida. Me dejaste. Como a un perro. Sola o con cualquier pelante, da lo mismo. Me dejaste. Y ahora encima se me caga el calefón cuando se me ocurre bañarme luego de la medianoche. Cabreado hasta las patas por tanta guevada, me medio seco, me envuelvo en la toalla y voy directo hasta mi piloto de gas para revisar alguna falla. Nada. Por más que reviso y busco no veo nada chueco o roto. Entonces la tontera debe venir del calefón general. Del de abajo, en el subterráneo.
Maldigo mi suerte una vez más y empezando a tiritar del frío bajo a esa húmeda y helada caverna. Parece que se ha extinguido la llama del quemador, y yo de guevas que olvidé los fósforos. Es subir y bajar entre chuchaslamadre, vida perra y otras perlas que brotan de mi boca sin importarme que me vean con rostro de reprobación las vecinas. Mierda, mierda, me cago de frío. Me tiemblan tanto los dedos que cinco cerillos se apagan o se caen antes de alcanzar el quemador abierto soltando su perfume a pedo mal disimulado. Respiro largo y hondo para controlarme, enciendo el sexto y ya lo voy acercando al siseante piloto cuando algo truena durísimo y se me caen todos los cerillos de golpe. Entre asustado y furioso trato nuevamente de encender la llama y es entonces que se me ilumina toda la vida y me irrumpen la existencia con horrendo bulto.
- Te como tu alfil con mi peón. - Hmmm - Tranquilo, el juego recién comienza.
2. Alfil Coreó el gol de la victoria hasta enronquecer su garganta. Ganó el Nacho. Ahí, bailando y cantando el himno del equipo. Abrazado a dos panas de barra, que anteriormente estaban cagándose de risa mientras arrojaban a las graderías de más abajo cartones de vino de a dólar a medio acabar o que habían llenado previamente con orinas. Claro, luego se agachaban para ocultar sus rostros. Era un goce ver las caras rabiosas y coloradas elevando insultos que no lograban alcanzarlos. Un completo cague.
Le había costado dos esclavas y un celular comprar el boleto para el partido del equipo favorito por tradición familiar. Que él supiera, desde el abuelo vestían los colores de los puros criollos. Así Liga hubiera ganado la Libertadores, su lealtad al Nacional no se la quitaba nadie. Dos esclavas y un celular. Bajados a éste y otro cojudos mal parqueados que paseaban por el Ejido. Son tan giles a veces… sólo es cuestión de ver cuándo el mancito está con la guardia baja para pasarle al lado, meter la mano y salir soplado. Quedan tan pasmados que ni reclaman. Luego a ir con el amañado del Rubén que compra tapiñado la merca, aunque siempre intenta patearlo y darle mucho menos de lo que vale. A veces lo hace arrechar, pero como es el único que conoce que es dato y no sapea a los chapas, se traga sus ofertas turras y toca palabrear un rato hasta llegar a un acuerdo.
Andaba con ganas de vacilarse unos pisitos para tirar parada en las farras y lograr que la chola que atiende en el cyber a dos cuadras de la U le pare bola de una vez. Pero esos zapatos costaban su billete así que tenía esta vez que sacarse algo más fuerte. Quizá un tivi, un dividi, joyitas. Así que mientras caminaba iba ojeando este y aquél domicilio hasta que divisa un condominio un poco carcomido, pero fácil de trabajar. Sólo hubo de empujar la reja principal y entrar como si nada. Ya en el patio común se agazapó donde nadie lo viera y fue estudiando una a una las viviendas hasta que vio una donde por harto rato no se encendió luz alguna. No hay nadie. Y en primer piso, bacán. Todo es cuestión de trepar silencioso por las cornisas hasta llegar allá. Qué lechoso. La ventana entreabierta. Un poco de ruido al entrar hace que salga una vieja a revisar pero él se acurruca en el piso cosa que al rato vuelve la vieja a meterse.
Ya en terreno de trabajo, va cachando todo lo vendible. Se lo ve bonito ese dvd, vente. A ver… encuentra un reproductor mp4 en un escritorio junto con una laptop y una cámara digital. Listo, está hecho. Sólo es cuestión de buscar un par de fundas para cargar con las cosas y pasar como si nada. Por fin termina retirando los sacos de las almohadas de la cama cuando se paraliza su respiración al oír el crujido de la chapa al ser destrabada y el chirriar de la puerta al abrirse. La megacagada, llegó el dueño, era lo único que podía pensar. Escucha luego un clic y una grito ahogado al ver las cositas bien apiladas al borde de la ventana. Ahora el miedo lo tiene temblando mientras oye pasos rápidos acercarse. Tiene que hacer algo, tiene que hacer algo, tiene que… la rápida apertura de la puerta del cuarto y la entrada de un tipo alto empuñando un revólver interrumpen sus galopantes pensamientos y enciende sus reflejos. Se lanza contra el dueño y forcejean entre gruñidos e insultos. El muchacho logra empujar al tipo y salir corriendo antes que le alcance un balazo que traspasa el dintel de madera.
Sólo piensa en correr mientras se lanza escaleras abajo, cruza los pasillos pero se detiene a intentar abrir la reja, casi lo consigue cuando un “alto o te disparo” lo hace volverse. Extiende los brazos y empieza a rogar por su vida. Ya empezaba a llorar de desesperación al ver la sentencia grabada en los ojos de su verdugo cuando sobre éste cae un jarrón haciéndole errar el tiro antes de caer al mugriento suelo. No se detiene a ver cómo seguía la cosa, logra abrir la reja y al cruzar desesperado la calle para consumar su escape lo envuelve un halo blanco fuertísimo y nota un ángulo romo y duro aplastar sus costillas y pelvis haciéndolo volar varios metros.
- Reina come torre. - Maldición. - Te descuidaste. Y eso que recién empiezo.
3. Reina Luego de cerrar bien la puerta de su cuarto, desenvolvió un reluciente paquete. Un paquete de cartas, no la baraja francesa, sino un Tarot. Ella siempre había sentido curiosidad por lo esotérico, por lo místico, pero el férreo fanatismo religioso de la abuela, una evangelista de aquellas que rezan por lo menos 3 veces al día mezclando lagrimeos y rezos y que todo lo que no entendía era simplemente maquinación de Satanás; había mantenido a raya las opciones de profundizar en tales menesteres. No era que no la quería, pues ella era quien la había criado desde que tenía 11, luego que su madre saliera a trabajar a España en busca, como tantos dicen, de un mejor porvenir.
El supuesto mejor porvenir no terminaba de llegar, conforme pasaban los años, y veía ella transcurrir su adolescencia en ese cada vez más desvencijado y mugriento condominio. El poco dinero que llegaba mensualmente retirado por Western Union era velozmente devorado entre planillas, comida, los gastos de su educación y el siempre infaltable diezmo al buen pastor que la abuela ofrecía. Y cada domingo, cuando iba obligadamente al templo a escuchar al pastor los peligros de las diversiones y el fin del mundo cada vez más cercano, ella podía ver en cada lujo o adquisición nueva a dónde iba a parar el diezmo de su abuela y quién sabe cuántos ingenuos más.
Luego que una amiga le había dado una charla sobre los poderes de las cartas, sus facultades adivinatorias y el ofrecimiento a aprender a adivinar el futuro, el gusanito de la curiosidad se metió en su cabeza. Fueron necesarios varios trotes del colegio a casa y uno que otro deber ajeno realizado para poder reunir el dinero que valía el mazo y el folleto de instrucciones. Y ahí estaba. Pequeños cuadros simbólicos y numéricos. Arcanos mayores y menores. Con el natural entusiasmo que dan las cosas nuevas, barajó una y otra vez luego de haber puesto a un lado los arcanos menores y luego se sentó a respirar hondo. Su amiga le había advertido que ojo con las emociones fuertes, podían influir en el resultado y la interpretación de las cartas.
Cuando su respiración se tranquilizó esparció el conjunto de arcanos sobre su cama y oyó el llamado de la abuela al rezo de la noche. ¿A esta hora? ¡Si casi era medianoche! Ocultó su tarot bajo la sábana y se le ocurrió decir que en ese momento estaba estudiando para un examen, que el rezo podía esperar hasta mañana. El señor Jesucristo podrá esperar cualquier cosa, pero nunca sus alabanzas diarias, fue la agria respuesta de la anciana. Vociferó sobre la perdición de las juventudes y los tiempos aciagos mientras se dirigía a la sala a empezar su letanía.
Por lo menos logré convencerla, suspiró mientras regresaba a lo suyo. Esta vez tomó un poco más de tiempo calmarse. Es que ya no veía la hora de independizarse y salir a conocer mundo, tanta rigidez y religión la atosigaba, la enfermaba. Ya tranquila, escogió una carta. Apareció una que mostraba una gran torre que tocaba el cielo y que un rayo rompía su cúspide para precipitarla a tierra. La imagen estaba invertida. Ella decidió tomar otra. Salió un hombre atado por los pies y suspendido de un árbol, sólo que no parecía colgado ya que la cabeza estaba por encima del árbol. También al revés. Empezaba ella a preguntarse si valían lo mismo en su orden normal o invertido cuando sacó la última carta. Un espantoso cráneo envuelto en mortajas y sujetando una guadaña sobre una multitud, como cosechando almas. Y los números IIIX que mostraron que también salió en orden invertido.
Esta última imagen la preocupó un poco, pero luego se tranquilizó cuando recordó que su amiga le había dicho que el arcano "Muerte" significaba cambios y trancisiones, más que óbitos. Había una combinación que sí era presagio fatal pero no le había especificado cuál. De todos modos mañana mismo le preguntaría sobre...
El sonido de un disparo la hizo brincar aterrorizada. Venía de fuera del condominio. Con mezcla de pavor y morbo curioso se precipitó sobre la ventana, cuando su codo izquierdo golpeó la maceta con los claveles que tanto le gustaban a su mamá, y que había prometido tener más que sea uno florecido para con ellos recibirla a su regreso; la maceta cayó como caía la punta de la torre de su tarot, sólo que nadie podría detenerla. En el medio segundo que se echó para atrás aterrorizada por su acción, oyó un crujido seco y un nuevo disparo. Esta vez profirió un grito mientras se metía bajo su cama mientras adornaban los destemplados aleluyas y graznidos de que el apocalipsis ha tocado las puertas de nuestra casa de su fanática abuela a un inferior destello de luz y una suerte de terremoto que estremeció el edificio entero.
- Peón come caballo. - Así te quería agarrar. ¡Torre come reina! - ¡Mierda!
4. Torre Por fin terminó mi turno. La verdad no me gustaba mucho trabajar en esa clínica de mala muerte, pero con todos mis compromisos encima y como en ese lugar son bien frescos para dejarte ir, me lo trago nomás. Mi principal lugar para camellar es en la facu misma. Entre decidir presupuestos, a cuánto toca para cada uno de los dirigentes y en qué formas podíamos tapiñar las "comisiones", como nosotros mismos las llamábamos, que nos daban de tragar y otros gustitos extra.
Vieja puta, me acuerdo con iras de esta vieja latosa que estuvo como hora y cuarto jodiendo para que le ingresemos al hijo que a cinco kilómetros se veía que ya era carne de ataúd. Todo chocado, la panza hecha una piedra y con esa típica mirada que ponen los que ven a la parca a los ojos. De ganas hubiéramos traído al anestesiólogo y las licen circulantes. Para que se quede en la cama y capaz la vieja nos echaba la culpa. Ahí le fui diciendo ya bravo que para qué carajo lo tiene tanto tiempo en ese estado, que de haberle traído dos días antes se podría pelear, pero ahora, el muchacho agonizaba y lo mejor era que lo lleve a casa a morir entre los suyos.
Pero no entendía la vieja de mierda. Ultimadamente me calenté y mandé a llamar al pana que hacía seguridad que me acolite echando mientras le calzaba al hijo sus dos ampollas de fentanyl. Más que sea te irás sin dolor, le dije mientras el líquido que lo desconectaría de este mundo pasaba por su vena rápidamente. Listo. Calmadito quedó. Ahora a amagarle a la vieja que sufrió un paro en ese momento y no pudimos hacer nada. Se terminó el turno. Mientras iba parado en el bus recordaba las frases de mi viejo, que tanto quería que fuera doctor. Verá por sus pacientes mijo, el paciente es todo para el doctor. Si no puede curarle, consolarále. Ay, mi taita. Suena tan bonito cuando lo dices, pero cuando le tiene que ver uno a estitos que joden y joden hasta las ganas de ser doctor se te quitan.
Lo que en verdad me motivó a mantenerme en esa facu fue la política. La sensación de poder, de manejar a los compañeros, de inculcarles mi propia ideología, era algo pleno, así la ideología siempre haya sido la misma, acomodándola de acuerdo a nuestras preferencias. ¡Qué chupas organizábamos en los mítines de preuniversitarios! Nada como chumarles a las compañeritas nuevas, esas carnezotas recién salidas de colegio, para armar luego que se fueran casi todos unas culerizas dignas de una porno. Luego arreglábamos diciéndoles que las íbamos a pasar sin problemas en las materias del pre, y asunto arreglado. Claro que quedaban pateadas, no íbamos a andar de buenos samaritanos, luego nos quieren tomar como shunshos.
Algunas materias eran cagadas, pero nada que con una botellita de puntas no se arreglara. Y si se hacía el durito, era de presionarles con los compañeros con alguna cagada que hicieran o simplemente encamarle algún pito con otro colega para que pierda las ganas de joder y ponga las notas que nosotros propusiéramos. A vaca. Mi parada. En casita, y ahora al sobre.
Pero cuando giré el pestillo de la puerta y prendí la luz, vi algo que no me gustó nada. Mi laptop nuevecita, el mp4 que me regalaron los muchachos por mi cumple y el dvd que a veces me pateaba de la dirección estudiantil estaban todos apilados como para ser llevados. El miedo y las iras me mordieron el estómago. Putas, entraron a robar. Por la ventana ha de haber sido, la veo entreabierta, y es medio fácil treparse hasta llegar hasta aquí. Pero te jodiste choro de mierda. Ahorita saco la 38 que me regaló el Toaquiza para cuando las cosas se pongan feas en la facu y voy revisando cada cuarto con la pistola enfrente. Le veo y le jodo. Por Diosito que le veo y le jodo. Abro la puerta de mi cuarto y antes de poder ver bien para apuntar un zambo zarrapatroso se me lanza encima y forcejeamos por quién se queda con la pistola. Salta como un gato y se me escapa de la línea de fuego, así que corro tras el hijueputa saltando igual que él las escaleras para que no se me vaya. Lo veo forcejeando contra la reja y grito lo más fuerte que puedo "alto o te disparo". Pero si es un guambra. El poder que me da la pistola empuñada y la cara llorosa del zambo me hacen desear despacharlo. En defensa propia será. Unito es ninguno. Luego amago a la policía que en el forcejeo se disparó el arma. Bueno pendejo, aquí te jodes. Voy a apretar el gatillo cuando algo me estalla en la cabeza y la bala que debía liquidarlo vuela a quien sabe dónde carajos. Al caer al suelo y mientras me desvanezco, sonrío levemente al ver un halo de luz quebrarle al hijueputa.
- Jaque. - ¡Enroque! - No lo alargues, no lo alargues...
5. Caballo Mi dueño hunde su pie en mi pedal haciéndome aumentar mi velocidad mientras suelto estertores roncos por mi motor. Llevo tres años trabajando para este dueño nuevo, luego que fui recuperado de un chatarrero por unos cuantos billetes, me hizo reparar y me empezó a usar para hacer fletes y transportes por toda la provincia. Justo ahora estamos terminando el flete de una carga llegada desde el aeropuerto. Creí haber oído que eran unas pacas de ropa fina que cierta doña enviaba desde la madrastra patria a su madre y su hija que ya mismo empezaba la U. En verdad, no entiendo a los humanos. Por cosas insignificantes son capaces de dejar la vida y dejan pasar lo realmente importante.
Luego de salir del aeropuerto me quejo a mi amo iluminando un panel en su cabina. Tengo hambre. El refunfuña y dice que por mí, máquina hijueputa, lo que gana se le va en diesel. No es culpa mía. Yo sólo señalo cuándo necesito mi alimento y mi mantenimiento. No es mi culpa que mis neumáticos estén completamente pulidos ni que mi culo pedorree una nube negra y espesa contribuyendo al smog quiteño del que tantos se quejan y nadie hace nada por solucionar. Mis ojos de faroles contemplan a mi amo echándose un par de cervezas. Es como si él se echase a sí mismo diesel para seguir funcionando. Y luego de ofrecerle sonrisas y piropos a una tendera, se gira y se dirige a mí. Yo logro ver, pero él no, la mueca de asco de la tendera una vez que mi dueño se aleja. Mi rubicundo amo se trepa en mí, hace girar la llave y hago ignición.
Vamos dirigiéndonos cada vez más lento entre un laberinto de cemento, rejas, ventanas, luces y vidas encerradas. Por fin llega a la calle que corresponde al destino de la carga. Un par de carcomidos condominios uno en frente del otro. Suena su celular y mi dueño contesta imprudente. La señora, creo que es, mientras distrae un poco su atención del camino. De pronto es una detonación, algo como un rebote y mi parabrisas delantero se fragmenta. Mi dueño suelta su celular y se precipita sobre mi volante mientras una roja humedad brota de su mejilla derecha, el peso de su cuerpo gira el volante y mis luminosos ojos captan la figura de un joven al cual no soy capaz de esquivar y hago volar por los aires. Mis últimas imágenes captadas son una ventana en la base del edificio al que me precipito, un hombre semidesnudo acercando un cerillo encendido a un piloto de gas y que levanta las manos en instintiva muestra de defensa.
- Jaque mate. Yo gano - dijo riendo con las fichas iluminadas de un fuerte resplandor naranja y rojo. - Francamente, detesto cuando ganas, Thanatos...
Cuando ella se elevó a los cielos, todo estaba sumido en un pétreo silencio. Lamentó la ausencia de sonidos, aún de ruidos, pues ellos, en su rudeza, guardaban vibraciones, experiencias, fragmentos de lo ocurrido. Una agobiante tristeza embargó su ser, al alejarse más y más de ese planeta donde lo insustancial, lo no palpable, había sido expulsado en nombre de lo evidente y tangible. Ese lugar que algún tiempo atrás había considerado hogar. Pero con la tristeza y las lágrimas, se iba formando un deseo. El deseo de formar. El deseo de crear.
Aspiró intensamente la materia oscura de la que estaba rodeada. Dentro de ella, ese acúmulo de negrura empezó a vibrar, a latir, a conjugarse con el cuerpo flotante en el espacio, hasta que fue de un golpe expelida por su garganta. Empezó a cantar.
Al principio, la nota leve y cándida sólo pudieron ser captadas por sus oídos. Pero conforme soltaba nuevas notas, conforme aspiraba más materia oscura y la exhalaba convertida en vibrante canto, los pulsos de su melodía se abrían paso entre ese espeso silencio, perturbándolo pero al mismo tiempo armonizándolo. Polvo estelar, brillante como destellos de gemas, se fue arremolinando alrededor de ella. Seguía al polvo estelar, fragmentos de hielo cósmico, errantes por el infinito que al percibir las vibraciones de tan bella melodía desviaron su monótono divagar y danzaron con alegría frenética derramando haces de luz robados de las estrellas cercanas. Entre el luminoso espiral cuyo centro era la hermosa cantante, más y más cuerpos celestiales se sumaban a la danza circulante, elevando entre ellos mismos sus propias voces y complementando la sublime sinfonía creativa. Estrellas rugientes entonaban sus himnos barítonos. Soles chispeantes quemaban sus voces de contra bajos, quasares titilantes aportaban sus tenores, planetas y lunas hacían resonar sus sopranas letanías hasta que las notas se solidificaron y se conformó un gigantesco soporte espiral. Todos ellos, estrellas, planetas, vientos cósmicos, pulsares y quasares, cantaban al unísono de los compases de aquella mujer única y formaron una pulsante fuente de luz, música y vida.
Una nueva galaxia. Ella cesó de cantar. Lo que buscaba había sido encontrado. Estaba satisfecha. Era su nuevo hogar. Este post está dedicado a una bella cantante, con quien me reencontré ayer.
Que me encuentro de turno, me he pegado un chocolatito caliente con un pan y queso, y mientras me dura el alegrón hasta que me venga el sueño de vuelta, les voy a hablar de un anime de esos que sin mucha lámpara se meten en el corazón de uno. Y al mismo estilo de Azumanga Daioh, es sano y cague de risa. Lucky Star (Raki Suta, pronunciado en nihon-go).
El opening de la serie. Tremendamente adictivo. Al igual que Azumanga Daioh, Lucky Star trata de la vida de cuatro jovencitas en sus tres años de bachillerato. Sin violencia, situaciones violentas, ambientes depresivos o implicaciones sexuales (salvo una que otra muy ligera). Lo que caracteriza a este anime, son las continuas referencias y chistes relacionados con diversos animes, sobre todo a uno hecho por los mismos creadores: Suzumiya Haruhi no Yuutsu. Personajes: IZUMI KONATA Konata no es precisamente el prototipo de la protagonista de un anime. Es patuchísima (142 cm), con un cuerpo de pena (más magra que un yogurt desgrasado), una virtuosa en pasar materias raspando (sólo estudia la noche entera antes de un examen y vive gorroneando deberes) y una otaku declarada. Pues bien, ésta y otras características otorgan a Kona-chan su enorme carisma. Más viciosa que yo, puede pasarse sin pena dos días seguidos jugando en su PS2 o en su RPG on line, así tenga que pagar chuchaqui seco luego. Tiene una colección gigantesca de manga y doujinshi (versiones semi-legales) como para apenar a más de uno. Además es bastante notable en atletismo (sólo que no practica en serio para no perderse sus animes favoritos) y demuestra gran inteligencia y pensamiento estratégico en lo que le gusta (aunque no lo hace en cosas verdaderamente importantes). Es muy apegada a sus amigas (sobre todo con Kagami) así se estén pinchando mutuamente con comentaritos venenosos. De ella saldrán la mayoría de referencias a diversos manga y anime editados. Está consciente de su falta de curvas y estatura, pero ese hecho le resbala, es más, disfruta de su estado diciendo que "las tetitas diminutas también tienen su público". Casi nunca se cabrea, máximo se pone trompuda con alguna gozada de Kagamin, pero como buena viciosa, que le toquen los datos de sus videojuegos y arde Troya. Le encanta el chocolate, siendo su almuerzo típico una enorme cornucopia rellena de chocolate que acompaña con un botellín de leche. Para pagarse sus gustos, trabaja en un bar Cosplay (para los que no sepan, Cosplay es disfrazarse de tal o cual personaje de anime o cómic) ejerciendo los papeles que interpreta a la perfección. "...date tres yankish para el aaaanimesh, varónsh..."
HIRAGII KAGAMI A primera vista, uno piensa que Kagami (Kagamin para las amigas) es una chica de armas tomar, muy seria y que si la miras mal te va a encajar un buen bofetón. Sí y no. Junto con Kona-chan, Kagami es un personaje sumamente querible, por su personalidad y su apariencia. Es la mejor amiga de Konata, la adora en verdad, así le haga sacar canas verdes por sus comentarios ácidos de vez en cuando. Ella también suele contraatacarla a veces, para gozarle su falta de responsabilidad. La relación entre ambas puede dar a pensar a más de uno que ahí se amasan tortitas de manteca. Kagami es la mayor de las mellizas Hiragii, la mejor alumna y la más responsable. Ha sido electa presidenta de su clase en varias ocasiones por su decisión y firmeza. Es una excelente alumna, logrado gracias a su disciplina y metodicidad. Si hay algo que no le parece, lo corta sin problema. Pero bajo esa sólida y filosa apariencia se oculta un muy femenino y delicado carácter, que ansía conocer una relación de amor (en otras palabras, se muere por levantarse algún mancito). También disfruta con los videojuegos y ciertos animes, salvo que mientras Konata se echa sus RPGs y shooters ella gusta de los deportes y juegos tipo trivia, además de leer muchas fotonovelas y escuchar DORAMA-CD (algo así como radionovelas hechas por las seiryuu o dobladoras de algún anime). Atiende el templo shintoísta de su familia vestida de miko, pero eso no la detiene a cantar villancicos en alguna iglesia cristiana cercana (muestra que los japoneses son muy eclécticos en su religión). Konata suele describir a Kagamin como una "tsundere" que significa alguien que tiene apariencia de duro o de curtido pero es muy tierno en el fondo. A pesar de tener una bonita figura, ella vive obsesionada con su peso, deprimiéndola profundamente el haber ganado un par de kilos luego de las festividades o algo así. Y así arma relajo por dos kilos extra... HIRAGII TSUKASA Es la hermana melliza (no es gemela, dado que ambas nacieron de óvulos diferentes... más claro lean embriología!)de la conflictiva Kagami. Son muy apegadas aunque la diferencia entre ellas es muy evidente. Mientras que Kagami tiene cabello largo y sus ojos son rasgados, Tsukasa usa cabello corto, cintillo con moño y sus ojos son como caídos. Y mucho menos acuerpada que su hermana. También es bastante vaguita y dormilona, teniendo como hora fija de despertarse cuando no hay escuela, mediodía. Sus malas notas las compensa en su destreza para cocinar y en la materia economía de hogar (entrenamiento para esposas). Es de comportamiento infantil e inocentón, aunque anhela volverse alguien tan competente como su hermana. Adora los peluches pues guarda una gran colección en su cuarto. Cuando le compran un celular, se vuelve inmediatamente viciosa sobre todo al mensajear. Como personaje da siempre un toque de dulzura y ternura en las situaciones que protagoniza.Es bastante asustadiza, hecho del cual se aprovecha Konata. ¡Púchica, me quedé sin saldo! TAKARA MIYUKI La mejor acuerpada del grupo, y la más alta. Miyuki (Yuki-chan) procede de una acaudalada familia pero le averguenza reconocer que es cachorra. De tanto leer de noche jodió sus ojos al punto de no poder casi ver sin sus gruesas gafas. Tiene, como ya puse, un cuerpazo de ésos, pero le averguenza que se lo hagan notar. Siempre parece tener una respuesta para todo, lo que le da un aire de cerebrito y sabelotodo. También es un derroche de virtudes y feminidad, pero le da verguenza no poder cocinar bien. Una de sus mayores fobias es ir al dentista, pero para su mala suerte su dentadura no es de las mejores al parecer, siempre cariándose. Es hija única y es la mimada de su mami... y el blanco de ciertas cagadas por parte de ésta. Konata la tiene como una chica muy MOE, que viene a tener un significado de "adorablemente torpe". Ella misma reconoce esos pequeños y adorables defectos en su personalidad, aunque le dé verguenza... ¡No, no, Lunes Sexy no! Luego del episodio 12, donde son protagonizados casi exclusivamente por las cuatro chicas, empiezan a aparecer otros personajes que son:
KOBAYAKAWA YUTAKA Yuu-chan es la prima de Konata, de ahí que teniendo 16 años parezca una niña de doce. Tiene una salud de hierro... oxidado, pues las gripes, las anemias y los desmayos forman parte de su currículum. Obviamente que su peor materia es educación física, donde destaca sobre todo por su torpeza y su enorme debilidad. Aparece tras mudarse a casa de Konata por consejo de su hermana mayor, Yui (ver más abajo). Es la más diminuta de toda la serie, siendo más patucha que la propia Konata. Forma una inmensa amistad con Minami-chan.
IWASAKI MINAMI Es vecina de al frente en el lujoso barrio de Miyuki (léase, también pelucona) y posee un gran mastín bien entrenado. Es bastante alta y sobresale por tener siempre una expresión de seria melancolía, sonriendo muy, pero MUY esporádicamente. A diferencia radical de Kona-chan, Minami está RECONTRA acomplejada por su pecho de chifle cervecero. Es usual verla dándose palmaditas donde debería estar sus senos, tan planchada está. Está dispuesta a usar cualquier método para lograr que crezcan sus atróficos "encantos" así sean tan ridículos como hacérselos sobar de su mejor amiga (¿qué nunca ha oído hablar de la silicona?)Es muy buena alumna y gran atleta, amén de ser bien llevada. ...(sigh)sin tetas no hay Lucky Star... MINEGISHI AYANO Un personaje, francamente, de relleno. Ella, junto a Misao, son compañeras de clase de Kagami, quien las ve como versiones de Konata y Tsukasa "light". Ayano es de carácter dulce y calmado, aunque Misao jura que cuando se cabrea es mejor que todos huyan.
KUSAKABE MISAO Ejemplo clásico de la chica colmilluda, es decir, hiperactiva, pizpireta, alegre y medio tonta. Misao es tan especialista como Konata para no estudiar y pedir prestado los deberes, aparte de tener la peculiaridad de que al jugar un videojuego le hace barras a su oponente para que gane. Otro personaje de relleno.
TAMURA HIYORI Una de las chicas con apariencia más normal. Hiyori es casi tan otaku como Konata, pero ha refinado enormemente su talento para dibujar y crear manga. Eso sí, tiene una enorme pasión por el estilo Yaoi y Yuri (en buen romance, mecolandia y tortillerismo). Y dos de sus mayores musas para sus yaoi son sus propias amigas Minami y Yuutaka. Así le acometa el remordimiento luego por dibujar a sus amigas en poses muy comprometedoras.
PATRICIA MARTIN Esta gringuita rival de cuerpo de Miyuki, llegó de su natal Yoni para conocer los principales aspectos de la cultura japonesa. O mejor dicho, de la cultura otaku japonesa. Rivaliza con Konata en pasión otaku y gusto por el cosplay. Se conocieron y se hicieron amigas al trabajar también en el bar cosplay donde camella Kona-chan. Patty-chan es la mentalizadora de la coreografía del capítulo final, aunque al final la que dirigió el asunto fue Kagamin en persona. Muy alegre y chispeante.
Otros personajes: IZUMI SOUJIRO El papá de Konata. Un otaku y lolicon (de esos que se mueren por peladas de 14 para abajo...) de temer, es responsable en gran parte de los gustos de su alocada hija. Pese a todo y su viudez, ha criado a Kona-chan muy aceptablemente. Trabaja como escritor. Adora a su hija por sobre todas las cosas, por su gran parecido a su madre.
IZUMI KANATA La difunta madre de Konata. Aparece en sólo un episodio, donde su espíritu acude a visitar a su marido y su hija para ver cómo iban las cosas (y luego se horroriza al ver que su hija salió tan o más degenerada que el padre). Es uno de los mejores capítulos, por su gran ternura. Es exactamente igual a su hija, salvando el lunar de Kona-chan. Y sus gustos... Al parecer falleció por complicaciones del embarazo (pelvis estrecha, en mi opinión).
KUROI NANAKO Es la teacher y tutora de las chicas, menos Kagami. Como profesora es bastante discordante pero por lo menos los obliga a hacer su tarea. Lamentablemente su vida personal es bastante patética, prefiriendo dedicarse a jugar un RPG on line (es camarada de Kona-chan en el mismo juego) o simplemente irse de chupa, para luego lamentarse que a sus 27 años aún no consiga ni perro que le ladre. Como conductora es pésima. Muy amiga de repartir coscorrones cuando sus alumnos no se portan bien (Konata es testigo).
KOBAYAKAWA (NARUMI) YUI Es la hermana mayor de Yuu. Luego de casarse y empezar a trabajar de chapa, supuestamente tendría la vida ideal. Lastimosamente su machucho como es empresario se la pasa 26 de 30 días del mes viajando dejando el cuerito en casa. Y ella para compensar su falta de hombre, suele visitar a Konata tras camellar para jugar algo o leerse un manga. Pierde toda su dulzura al ponerse tras el volante, convirtiéndose en una verdadera fiera capaz de darle clases al propio protagonista de Initial-D (la parodia de esa serie fue un cague de risa). Qué Comisión de Tránsito ni qué la v... TAKARA OBAASAN La mamita de Miyuki. De tal palo, tal astilla. Dulce, bonita, amable y cagona. Igual que la hija, pero con pelo corto y sin lentes.
ANIME TENCHOU (MEITO ANISAWA) Este personaje es todo un suceso. Es la megaintensidad hecha hombre, esforzándose al infinito para dar un buen servicio a su cliente. Reconoce a Kona-chan como la legendaria chica-A, quien según cuentan, dará prosperidad a toda tienda donde ella compre algo. Pone sobrehumanos intentos (con los efectos especiales de rigor) en lograr que su clientita le compre más que sea un llavero. Desgraciadamente siempre queda con un palmo de narices.
LUCKY CHANNEL El Lucky Channel es una yapa dentro de cada episodio, dirigido por Akira y Minoru quienes darán referencias de los personajes o contestarán dudas de los fans (o por lo menos ésa era la intención del segmento).
KOGAMI AKIRA ¡Oha - luckyyy! Cute, cute, cute. Akira es una idol jovencita, llena de vitalidad, alegría y energía que locuta el lucky channel de una forma muy chispeante... hasta que se le acaban las ganas o se cabrea y saca a relucir su verdadero rostro. Una primadonna mangaja malhablada y con modales de busetero. Le encanta descargar sus frustraciones y berrinches sobre su sufrido acólito y aprendiz, el de más abajo. "Acaba rápido con tu guevada que ya me cabrié, ve..." SHIRAISHI MINORU "¡Shiraishi, no SHIROishi!" (Para los que sepan japonés) Este pana le tocó el yugo de colaborar en la locución del lucky channel junto con Kogami. Pone sincero esfuerzo en hacer bien las cosas pero cada proyecto que hace Akira se lo refriega en la cara brutalmente. Pero todo tiene un límite y la paciencia de Minoru también. Minoru existe realmente como un seiryuu, y es él, hecho el payaso, de protagonizar las secuencias de ending de Lucky Star luego del capítulo 13.
YUUKO GOTO Luego de la parte donde le explotan los huevos a Minoru, viene esta seiryuu de la serie de Suzumiya Haruhi a jalarles las orejas a ambos.
Bueno, ya he terminado lo que tenía que hacer contigo, bonita. Manitos y piernas bien atados con cabuya y un trozo de cinta de embalar sobre tu boca. Sólo cubierta por tu camisola y tu calzonario rosado. Mejor que estés agitada y sudorosa, es justo como deseo que te vea Viejo Lucho. Y ahí está. Llegando puntualito a su casa a medianoche, cuatro horas extra luego de salir de la gerencia de su empresa y dirigirse a frecuentar las niñas malas del 1-2-2 hasta que cierre. Y tras eso, sus sorbos de whisky en las rocas, hasta levantarse con magnaminidad, diciendo que le esperaba su "aceitunita" y no podía dejarla esperando. Aceitunita. Tal vez por esa piel que no necesitaba aderezos algunos. Apodo más gil. Ya parqueó el carro y desde la ventana puedo ver lo vacilante de sus movimientos, cómo le tiembla la mano para atinar la llave en el ojo de la cerradura, las eses que dibuja con su caminar. Se volvió a exceder en sus copas. Viejo Lucho. Tan mudo que es. Hora de mi entrada. Me descuelgo del balcón que corona la bien amueblada sala y toco silencioso el piso alfombrado. Igual si no lo hubiera estado, no me habría escuchado Viejo Lucho. Esa costumbre de sacarse su aparatito para sordos apenas cruza el dintel de la puerta... Voy a cinco pasos atrás de él riéndome para mis adentros al verlo tropezar con la mesa, o cuando truena un soberano pedo que aromatiza toda la cocina. ¿Otra vez de buffet, Viejo Lucho? Es que no aprende. Prende la luz y observa extrañado la mesa con dos botellas vacías y un pollo asado devorado casi en su totalidad. "Esta aceitunita, algún antojo nocturno debió tener... ¿pero casi todo el pollo? Jesús, como come esta chica" farfulla pastosamente. No seas cojudo, Lucho. Ella no podría avanzarse tanto. Eso sí, te gusta lo bueno. Ese pollo estaba de lujo. Y no es hasta cuando revisa las botellas cuando empieza a involucrarse realmente en mi acto. "¡Pero si esto es tinto gran reserva! Y ella no prueba alcohol ni rogando. Eso quiere decir, quiere decir... que aquí está..." Le interrumpo la frase apagando la luz de la cocina lo que lo hace volverse de un salto. Bueno, de lo que su corpulencia permite. "¿¡Quién..!?" Al momento de volverse, agarro sus anteojos culo de vaso y me poso al frente del tipo. Está tan cegato que a menos de un metro no me distingue un carajo. Y me empiezo a reír. "¡Tú! ¡Otra vez tú, maldito gandul, escoria, basura, bribón!" Viejo Lucho tiene una cara digna de tomarle una foto. Las cejas arqueadas hasta la nariz, los acuosos ojos de chancho echando chispas de las iras, apretando las mandíbulas tan duro que hasta logro escuchar cómo se resquebraja una de sus dentaduras postizas. Un cague está. Ahora se me lanza encima para atraparme, pero aire es lo que atrapa, al hacerme a un lado y patearle la nalga al mismo tiempo, con lo cual pierde pie y se da de cabeza contra la refri. Un buen golpe fue, deduzco, al oír cómo se derraman y caen varios contenidos del papazo. No más no te me desmayes, que recién estamos calentando, Viejo Lucho. Así que acomedido, lo pongo en pie y le bato unas palmadas en la calva y los cachetes. Sale de su aturdimiento y ruge con unos gallitos incluidos que me hará pedazos con sus propias manos. Si me alcanzas, claro que sí. Salgo corriendo en dirección a la sala sin apurarme mucho. Quiero que Viejo Lucho vea mi difuminada silueta alejarse y que por lo menos vea qué dirección tomo. Ahora en la sala, veo al iracundo anciano armarse con un paraguas y arremeter en mi dirección. Sólo es de moverse un segundo antes y vuelve a estrellarse, esta vez contra su minicomponente de 1600 dólares encendiéndolo por el impacto. Suena la clásica cortavenas con tostito. Un gusto musical al huevo, Viejo Lucho. Mientras recarga su dosis de ataque, yo saco su cd, se lo parto en la calva para volverlo a sentar y meto unito que conseguí por allá en mi barrio del apóstol apocalíptico. Suena un rock del bueno. Claro que el vetuco se lleva las manos a los oídos por el volumen al máximo de Simphony of Destruction de Megadeth y convoca a Dios Todopoderoso que baje a callar a el blasfemo y hereje de mí. Como si Diosito Sánchez no tuviera mejores cosas que hacer, Viejo Lucho. Ahora sí, con la buena música ambientando la escena, permito que mi adversario intente barrer el suelo conmigo. El abuelo hace presa y mientras chilla insultos diversos descarga paraguazo tras paraguazo hasta destrozar éste. Doy un chiflido mientras pelo una banana. ¿Qué mal te hizo la pobre percha con tu abrigo? La letanía de maldiciones contra mí, mi familia y su propia ceguera casi acalla los acordes de Mustaine. Hay que continuar. Me adelanto al Viejo Lucho que seguía profiriendo sus insultos, y le sueno otro palmazo en la calva. Con la mano sobre ésta y rojo de las iras, el viejo sale a la carrera viéndome subir las escaleras. "¡No, pedazo de basura, eso sí no te lo permito, que te vengas a meter con mi Aceitunita!" va reclamando mientras sube trabajosamente las escaleras. Irrumpe en la habitación y ahoga un grito al ver a su "aceitunita" atada de pies y manos y semidesnuda. Salen algunos sonidos guturales de su garganta mientras rebusca en su closet y extrae una escopeta, de esas de cazar venados en la montaña. Ups, se puso tenaz la cosa. Viejo Lucho gira y gira furiosamente la cabeza en busca del desecrador de su casa y su hermosa mujercita, mientras rastrilla una y otra vez la escopeta. Así la va a dañar, este huevas. E insisto, tan huevas es que ni se le ocurre subir la cabeza y ubicarme parado sobre el dintel de la puerta. Así que mientras la "aceitunita" empuja unos "mmmff, mmmpppff" por la cinta de embalar, doy un gran salto, caigo frente a Viejo Lucho y en lo que dura la estupefacción de su sorpresa, le arrebato la escopeta y con la cacha le percuto los testículos. Claro que tomé la precaución de apagar la luz con mi pie antes de saltar. Para que no me vea la cara, tan cerca. Pero yo sí puedo ver el cambio radical de la expresión de su rostro a un rictus de dolor y soltando un SOL mayor en octava escala, que podría romper un cristal de lo agudo que lo chilló. Doy un beso burlón sobre la calva de Viejo Lucho, le estampo dos palmazos más y salgo breve de esa casa en una exclusiva urbanización al norte. Ya saltado la tapia oigo los juramentos de Viejo Lucho que me matará y súbitamente algo me preocupa, como que me he olvidado de algo. ¿Qué fue lo que era...? El largo alarido y una serie posterior de golpes y rebotes me lo recuerdan. La cáscara del guineo sobre las escaleras. Esperando sinceramente que Viejo Lucho no se haya roto el cuello en esa caída, tomo un taxi y me vuelvo. Misión cumplida. ...... Llego justo 2 minutos antes de las 7:30 a mi trabajo, y escucho un alboroto en las oficinas de mi jefe. Abro la puerta y saludo respetuosamente. Viejo Lucho, con un brazo en cabestrillo, la calva aún enrojecida y con otros cardenales en la cara está explicando a sus colegas y subordinados la forma brava y heroica en que repelió a un truhán que violentó su casa, maniató a su "aceitunita" y se intentó beber su mejor vino. ¡Pero no! Viejo Lucho luchó como un león, contra el inicuo ratero y malhechor, amén de sus cuatro cómplices que se unieron en cobarde y desigual batalla. Pero él con sus hercúleas manos y un paraguas logró ponerlos pies en polvorosa tras una ardua lucha. Mientras las alabanzas y los cumplidos llovían sobre mi jefe, se percata de mi presencia. - Muchacho, es lo que cualquier hombre que se dé a respetar haría. ¿No lo crees así? - Completamente de acuerdo, ingeniero... - iba a decir algo más pero suena mi celular. Un mensaje escrito. Viejo Lucho me observa despectivo y me ordena apagar esa cosa escandalosa. Al alejarse voceando sobre la falta de virtudes de estas nuevas juventudes, abro el mensaje y leo: "Lo de ayer estuvo fabuloso, mi amor. Espero que lo repitamos prontito, sólo que quiero que te asegures de no apretarme muy duro... me dejaste marcas. Te espero ansiosa, amorcito. TQM, tu Chiquis" ¿Lo ven? Ése sí es un apodo cariñoso para una mujer...
Screams break the silence Waking from the dead of night Vengence is boiling Hes returned to kill the light Then when hes found who hes looking for Listen in awe and youll hear him
Bark at the moon
Years spent in torment Buried in a nameless grave Now he has risen Miracles would have to save Those that this beast is looking for Listen in awe and youll hear him
Bark at the moon
They cursed and buried him Along with shame And thought his timeless soul had gone In empty burning hell--unholy one But now hes returned to prove them wrong (oh no)
Howling in shadows Living in a lunar spell He finds his heaven Spewing from the mouth of hell
And when he finds who hes looking for Listen in awe and youll hear him Bark at the moon
Cada vez que oigo esta intensísima canción, mi sangre empieza a hervir, y me convierto de un apacible ser humano en, en, en...
Termina tu charla frente al teclado advierte tu estado que ansía resolución Ve corriendo, rauda, haz aletear las telas, descubre la piel, brinca al sitio pulido.
Gira el pestillo, que brote la cascada clara, tibia y azulina, y aclame tu tersura. No vaciles en moverte, haz que te vista toda, no vaciles en sonreír, con cada chorro travieso. Un chorro te acomete, te recorre rostro y cuello, dividida en cinco, es mi mano aventurera. Esa catarata de cristal, protruye hacia tus labios inundándolos de celeste, siente mis fauces intangibles.
¿Me notas ahora buceando, pasando raudo por entre tus hombros deteniéndome a hacer remolinos en tus cóncavas axilas? Así como no me contengo, y a tus pechos bajo a concentrarme goloso, en tus prominencias erectas.
Puedo crear manos, brazos, tentáculos, extensiones, que siempre son insuficientes para abarcar tu superficie. Y ahí estoy, dándome abasto, cinco extremidades latigueando calor y tibieza en tu espalda abriendo tu boca en éxtasis. Mantén, princesa de las olas, tus ojos cerrados. Priva a tu vista el derecho de ver a tu líquido amante. Sólo oye mi chapoteo, sólo prueba mi frescor, sólo aspira mi neblina, sólo disfruta de mi ardor.
Una burbuja cobalto, un balón ameboide te ha fagocitado te ha compenetrado. Haz homenaje con tus gritos al pasar de mis corrientes por tu hambrienta intimidad por tus puntos tan sensibles.
Suda por cada poro todo tu placer retenido, exuda gozosamente cada orgasmo que te provoco. Porque he venido al asalto, porque he cruzado las fronteras, porque en tí deseo cebarme, porque tú eres mi deseo.
Ahora me voy, hermosa tú. Descansa tus gozos en ese lecho de baldosas. Permite mi retiro de tu piel, chorreando hasta el escape, sabiendo, dentro mío, que hoy y varias veces más, clamarás mi raudo regreso...
A la musa que va dedicado este poema: Querías un cuento, pero me acordé que ya había redactado este relato hace algún tiempo. Así que mejor hice una poesía. Espero te guste. Luego subo las ilustraciones.
No, no es duelo de titanes ni hay adversidades de por medio. Es una entrevista que una muy querida y admirada blogger me ha realizado hace poco, y ya la ha publicado. Primero fue el Pod-cast con I-pab para oírme. Luego fue la entrevista en Ecuacanal para verme y conocerme más. Ahora, Pitonizza introducirá sus capacidades místicas en la mente de este salvaje lobo apasionado. He aquí el link, pues. LA ENTREVISTA A TOFU-SENSEI DE PARTE DE PITONIZZA
...pico un poco nerviosa mi ensalada, haciendo saltar mis ojos desde mi platillo hasta él. Había pensado que su propuesta era un poco loca, proponiéndomela así de súbito. Una cena en su casa. Yo creí que iba a ordenar comida, hasta que lo vi ahí, entusiasmado, picando, salteando, probando, guisando, mientras yo esperaba sentada en su cama (más bien colchón, nunca ha tomado en cuenta mi consejo de comprar una armazón para completar el mueble) viendo una película a mi elección. Hasta que se aproximó y me dijo está lista la cena. Dos velas violetas daban una tenue atmósfera a esta escena. Eso y la música que salía a medio volumen de su laptop. Y ahí estaba yo, picando mi ensalada y mordisqueando mi filete bien cocido y nadando en salsa de champiñones, mirando a este hombre. Que sin mucha pena devoraba su pedazote casi crudo de carne haciendo grandes ruidos de satisfacción. Qué loco. Qué loca por aceptar su propuesta. Eso sí, sabe cocinar. - Está rica tu comida. - murmuré en un intento por pausar este silencio envolvente. El no contestó. Tragó el pedazo que abultaba sus carrillos y me clavó sus ojos. Esos ojos, violentos, salvajes, penetrantes, lobunos. Que en más de una ocasión los veía echar chispas de furia o rebosar de deseo a tal punto que lo hallaba perturbador. Mas ahora estaban llenos de un tibio vaho que volaba directo hacia mí y encendía cirios en mi alma. Esos cirios que otros no supieron apreciar, él los encendía con esa mirada tan llena de ternura. - Me alegra que te guste, mi cielo... - por fin me respondió. Ese conjunto de mirada y sonrisa le otorgaba un aire mezclado de fuerza y delicadeza. Como un niño con barba, como un bebé vestido de traje. Una amalgama intangible de animal y hombre. Elevó su copa de vino hacia mi dirección. - Por esta ocasión tan especial, por tenerte en mi departamento. Brindo por eso. - Alcé mi copa y la hice tintinear contra la suya. Dos botellas pasaron en un segundo. El último chorro logró volcarse en su copa, alzándose hasta menos de la mitad. - El último sorbo de vino. Te vas a casar, chiquito - Le dije riendo. El también empezó a reír. Reímos como tontos. Ya sentados en su sofá. Me gustaba tanto la música que tenía seleccionada, casi todas en inglés, no entendía casi nada. Pero él sí sabía su letra, y me la susurraba al oído, mientras apoyaba mi mareo en su pecho. Sentí sus dedos recorrer mis mejillas, mi frente, mis párpados. Me hacía cosquillas. Solté otra risita y sus dedos sujetaron mi barbilla y levantaron mi rostro. Entre las leves luces oscilantes, las sombras danzantes y los vapores del vino, sólo pude ver sus ojos. Nuevamente me penetraron hasta clavarse en el centro de mi alma. Y un cirio muy oculto, muy secreto, en el punto más recóndito de mi alma, se prendió. Me llenó por dentro de luz, de luz brillante y cálida. Con los ojos entrecerrados, vi ese rostro rudo acercarse al mío hasta que la punta de su nariz acarició la mía. Más que nuestros labios haciendo contacto, sentí cómo nuestras almas se tocaban y compenetraban. Sabe besar. El palpitar que otorgaba a mi boca esas fauces hambrientas me ponía la carne de gallina. Nunca me habían besado con tanto ardor ni tanta suavidad. Era como si volase por los cielos usando sus labios de alas. Sí. Sentía que me elevaba por los aires, hasta que me di cuenta que era él que me cargaba en sus brazos. No me opuse. Me sentía una reina, siendo cargada en mi trono de carne mientras mi trono no dejaba de chuparme los labios con una voracidad propia de él... Me he dado cuenta que me ha colocado en mitad de su cama y un pensamiento me asalta la cabeza. No, susurro sin desearlo verdaderamente. ¿No qué? Me responde volviendo a volcar todo ese vapor verdoso en mis ojos. Debería levantarme y prepararme un café, decirle que no estoy con ganas de eso, que nos controlemos, que vuelve a poseer mi boca y mis razonamientos se desmoronan sin mucho esfuerzo. Y no sólo es mi boca, es mi frente, entre mis cejas, mis párpados, mis mejillas que son rozadas y exploradas por esas fauces hambrientas. Es tan suave y delicioso, cuando voy notando que mi cuello es ahora la presa. La última porción sobreviviente de mi razón me advierte que debería apartarlo de mí y cortar con esto, pero se diluye y se evapora con la luz que pulsa cada uno de los cirios de mi alma. Ahora estoy también tomando parte. Mi diestra y su siniestra están enlazados y mis dedos apretujan esa mano sin lograr dañarla. Mi siniestra esta aferrada a su nuca enredada en sus cabellos largos que tantas veces le había pedido que se lo cortase, y nunca me hizo caso. ¿Y su diestra, tan ruda y rugosa? Jugueteando y paseando por entre mis senos, otorgándome oleadas de placer enorme. Y van callando toda alarma que intenta sacarme de ese estado extasiado. Así que no hay resistencia a que los tirantes de mi blusa se deslicen por mis hombros, y que una lluvia de besos no tarda en abrigarlos. Mis senos saltan al aire y se detienen por un momento las caricias. Abro los ojos y veo su mirada totalmente fija en cada porción de mi piel. De pronto, alza la vista y esta vez observo cómo cambian sus ojos, cómo su voracidad se arremolina en sus pupilas hasta cambiar su expresión a la de un lobo hambriento. Toma con las puntas de sus dedos mis lentes y los coloca fuera de su campo de batalla. Ahora ese hombre animalesco aparece borroso ante mi vista, como un garabato difuminado. Y antes de poder pronunciar palabra, empieza a devorar mi tórax con todo lo que esté incluido. Abro la boca y grito sin hacer ningún ruido, sometida a las intensas caricias que mi hombre me lanza. Voy también a curiosear en su torso y lo hallo sin vestiduras. Nunca supe en qué momento se quitó la camisa. Fauces y manos bajan y me hacen contraer la espalda al sentir esa lengua bailando en mi ombligo, sus zarpas veloces deslizando mi falda hasta desterrarla de mi cuerpo. Sabe acariciar. Y encontrar puntos que en mi vida imaginaba que serían placenteros. Mi cresta ilíaca, el borde de la ingle, entre el ombligo y el pubis, los flancos, la piel cubierta por el panty, eran besados, lamidos, delicadamente mordidos. Ya no puedo resistirlo. Empiezo a gemir con cada nueva caricia de esta fiera que ha logrado llenarme de una luz antes desconocida. A las mordidas hace volar mi panty, y mis manos se cierran de súbito sobre mi desnudez. No, tengo verguenza, tengo pudor... que son triturados con las yemas de sus dedos y sus labios humedecidos al pasarlos por mis muslos, mis caderas y mi bajo vientre. Mis gemidos van in crescendo y la tensión de mis manos se apaga. Era lo que buscaba el sátiro. Mis gemidos han evolucionado en gritos mientras se ceba con mi sexo tan lleno de sensaciones y gustos prohibidos para casi todos. No sabía cómo era yo capaz de generar tanta lujuria y placer, ni siquiera en esas contadas ocasiones que más por curiosidad que deseo, me tocaba hasta tocar alturas muy por encima de mí. Pero esto... esto era otra cosa. Y finalmente, lo que ya mi cuerpo entero y desnudo anhelaba, siento algo prominente y pétreo tocando las puertas de mi interior, yo le doy la bienvenida, abro completamente las puertas y me embarga una llenura que en otra ocasión de mi vida habré recibido con dolor y miedo, pero que ahora sólo me hace conocer felicidad y ardor. Con una lentitud y suavidad que evita cualquier dolor, me ha hecho suya por completo. Y en mi éxtasis nebuloso y gemebundo, veo la música que estamos creando. Y oigo la luz que todos y cada uno de los cirios de mi alma despiden y va secretando cada uno de los poros de mi piel. Floto en el aire anclada a él, a mi bestia adorada, a mi hombre violento, a mi espada salvaje del cual yo soy su guarda. Y que sólo yo he logrado domar. Y finalmente, nuestras almas se desintegran y reintegran, pero formando una sola. Surcamos los aires, las aguas y el espacio en esta oda de movimientos, perfumes y voces entrelazadas. Una suave calma me permite recobrar algo de cordura. Está ahí abrazado a mí, totalmente manso y domado. - ¿Me quieres? - Vuelvo a susurrar. - Por un momento vuelve a mirarme con esa expresión lobuna y me besa tan ardorosamente que casi me hace desmayar. Suelta mis labios y me dice muy seriamente: - No, no te quiero. - Esa cortante respuesta me cambia el rostro mientras una helada sensación de completo.. - Te amo. Te amo con todas las fuerza de mi alma. - Me dice con un amor que no admite ninguna réplica. Salto a sus brazos. (Uffff...)