Saturday, December 23, 2006

Ingratitud.



¡¡LO HICE POR USTEDES!!

El rugido que brotaba de su garganta, violento y salvaje, tenía sobre la muchedumbre enardecida el efecto contrario. Como licor al borracho, como gasolina al fuego, sus palabras incentivaban más y más la furia de los que lo rodeaban.

Hallábase con los pies sumergidos en una pirámide de ramas, troncos y trozos de madera, de cuyo ápice surgía un monolito largo y fálico. Cuerdas gruesas impedían que liberase sus manos y pies del contacto del monolito. Se iba a proceder a ejecutar a alguien que había cometido crímenes atroces y repulsivos.

"¡¡Tú mataste a mi hijto querido, maldito!!" Chillaba febrilmente una vieja obesa y lloriqueante, vestida de cenizo para hacer juego con el color de su alma. "...¡a mi niño lindo! ¡Lo mataste como a un perro, desgraciado, aquí te voy a ver cómo te quemas, hijo de puta!!"

Él volteó a verla, con los ojos inyectados en sangre. Las palabras de la vieja batallaban con el ideal por el cual él había venido a ese lugar.
"¡Si yo lo hice, fue porque...!" - Empezó a decir, pero fue interrumpido por el tronar del sacerdote que lo había juzgado en nombre del Señor...
"¡¡No mereces hablar ni explicarte, engendro de Satanás!! ¡Eres un enemigo de la vida, del derecho a vivir, de las criaturas de Dios! ¡Pero hoy serás enviado al infierno al que perteneces!!"

El que iba a ser quemado apretó los dientes, repleto de ira. ¿Por qué esta gente no entendía? ¿Por qué se unían a defender las causas equivocadas? ¿Había valido la pena tanta lucha? La respuestas se las daban, una y otra vez, los gritos que surgían del populacho.

"¡¡Hijo de puta, por tu culpa ya no puedo servir como hombre!! ¡¡Me mutilaste!!" Eran los gritos de un hombre, vestido elegantemente, poseedor de terrenos y fortunas. A su lado su honorable esposa profería obscenidades que en su exclusivo círculo de damas jamás se habría ocurrido pronunciar. Porque por culpa del de la hoguera, toda su imagen y su caché se había fragmentado en miles de pedacitos.

"¡¡Aleluya!!" Ladraba histérico el buen pastor. "¡Hoy es un día de celebración, aleluya! ¡Porque ha sido derrotado el poder satánico, aleluya! ¡El poder de los cielos está con nosotros, aleluya! ¡Hoy el juicio del Señor caerá sobre tí, pecador, maldito, oveja descarriada! ¡Aleluya! ¡¡ALELUYAAAAAAHHH!!""

Se empezó a dar cuenta que su lucha, sus esfuerzos, habían sido en vano. No merecían lo que había hecho, su deseo de darles lo que ellos todos los días pedían a gritos a todo lo que estuviera por encima de sus cabezas. El aborrecimiento y la rabia iban contaminando su alma rápidamente.

"¡He quedado en la calle por tu culpa, malparido, hijo de puta!" Reclamaba un joven relamido, con el rostro convertido en una máscara babeante de ira; aunque por momentos, sus ojos volaban a un rincón de la masa de gente, buscando una fémina, repleta ahora de joyas y telas elegantes, cuyo amor tras perder su fortuna ya no podía comprar.
Entre los clamores y aullidos de la gente, el hombre, el que iba a morir levantó su cabeza, miró intensamente a todos y cada uno de sus verdugos. Su voz nuevamente se alzó sobre la de ellos:
"¡¡POR ÚLTIMA VEZ, RECONOZCAN QUE LO OCURRIDO LOS HA BENEFICIADO!! ¡¡SÓLO ESCUCHAN LO QUE QUIEREN ESCUCHAR Y LO QUE COMPLACE A SUS CREENCIAS IMPÙESTAS!! ¡¡ABRAN SU MENTE, SE LOS DIGO!!"

La respuesta fue una andanada de insultos, escupitajos y pifias. El sacerdote y el pastor, enloquecidos, sedientos de muerte y asesinato, excitados al punto que sentían violentas erecciones dentro de sus pantalones, enarbolaban sendas antorchas flameantes. Y dijeron al unísono:
"¡¡Hasta aquí tus blasfemias, tus herejías, tus atrocidades!! ¡¡Vuelve al infierno donde perteneces, adorador del diablo!!"
Y juntos, simultáneamente, hundieron sus fuegos en la madera embebida de kerosene.

Una flor anaranjada y roja, gigantesca, cerró sus pétalos en torno al monolito y al que todos aborrecían. De entre las danzantes llamas surgía el alarido final del que moriría pronto, entre dolores atroces. La multitud bailaba, cantaba y coreaba alrededor de la pira. Ese ser aborrecido, del que tanto mal habían oído, iba a desaparecer con la venia de los avatares de Dios.

De repente, de entre ese crisol siseante, surgieron dos protuberancias luminosas. Dos enormes y traslúcidas alas. Las voces callaron. Los bailes se detuvieron. Todas las miradas estaban puestas en el ser que resistió la muerte y ahora mostraba su forma verdadera. Cayó la cortina de lujuria, morbo y frenetismo mostrando ahora un núcleo negro y chorreante. Miedo. Terror. Horror absoluto. Más de una vejiga se vació y las heces mancharon más de un interior.
Las alas dieron un batir violento y todo rastro de llamas desapareció. Ahora sólo la luna llena, y el propio resplandor del ser inmolado era la fuente de luz de los aterrorizados ojos del populacho. Ese ente, brillando su carne como gema líquida, empezó a hablar...

"USTEDES... USTEDES SON CULPABLES DE SU PROPIA DESGRACIA. YO FUI ENVIADO EN RESPUESTA A SUS INNUMERABLES RUEGOS POR JUSTICIA Y PAZ. HABÍA VENIDO A QUITARLES DE ENCIMA A AQUELLOS QUE LOS HACÍAN MISERABLES..."
Ni un murmullo podía oírse. En ese momento, su voz era el absoluto antónimo del silencio.
"TÚ, MUJER (dijo mirando a la obesa señora que tanto lo maldijo), HABÍAS PARIDO A UN ASESINO POR PLACER, UNO QUE SIN REMORDIMIENTO ALGUNO HUNDÍA CUCHILLOS Y DISPARABA BALAS... ÉSE ERA TU HIJITO LINDO, QUE INCLUSO TE GOLPEABA CUANDO, BORRACHO, VENÍA A RECLAMAR ATENCIONES. ÉSE ERA TU NIÑITO, MUJER ESTÚPIDA..."
"Y TÚ, HOMBRE IMPORTANTE, LO QUE YO TE ARRANQUÉ DE CUAJO, DEJÁNDOTE SIN EMBARGO VIVIR, LO HABÍAS INTRODUCIDO SIN PIEDAD EN JOVENCITAS INDEFENSAS, A LAS QUE LUEGO HACÍAS CALLAR CON TU DINERO. NADIE PUDO CASTIGARTE POR TU POSICIÓN Y TU FORTUNA, SALVO YO... Y ES POR ESO QUE SE DESCUBRIÓ TU HIPOCRESÍA Y ALCAHUETERÍA, MUJER DE ALCURNIA Y CLASE, SEGÚN TÚ..."
"Y EN CUANTO A TÍ, JOVEN DESPOSEÍDO, SEGÚN TÚ INJUSTAMENTE, YO TE ARREBATÉ LAS RIQUEZAS FORJADAS EN BASE A NIÑOS DROGADOS, PERSONAS VENDIDAS Y DIGNIDADES OFERTADAS. Y TODO ESO PARA COMPRAR LOS FAVORES QUE TÚ CREÍAS AMOR, DE ESA MUCHACHA QUE LO ÚNICO QUE TENÍA EN MENTE ERA SU SIGUIENTE VESTIDO O SU PRÓXIMA JOYA..."
"Y AÚN ASÍ, SABIENDO Y CALLANDO LOS VERDADEROS CRÍMENES QUE YO ME DI EL TRABAJO DE CASTIGAR, OBEDECIENDO LAS ÓRDENES DE ESTE PAR DE FANÁTICOS, DE ESTE DÚO DE MANIPULADORES DE CONCIENCIA, QUE JUNTOS HAN COMETIDO TANTOS CRÍMENES COMO LOS ANTES MENCIONADOS; DECIDIERON ALZARSE EN MI CONTRA Y DECLARARME CULPABLE DE HABER IMPUESTO LA VERDADERA JUSTICIA"

Y dando paso a un gesto de tristeza, sentenció:
"NO SON DIGNOS DE SER LLAMADOS HIJOS DE DIOS..."

Las alas nuevamente se abrieron, y esta vez brillaron cegadoramente. La natural histeria y pandemonium que se habría dado no ocurrió, puesto que en los organismos de todos ellos, las arterias que irrigaban sus cerebros, repletos de prejuicios y supersticiones, empezaron a estallar. Simplemente, con el pasar del resplandor, la gente silenciosamente iba muriendo. Hasta que sólo el ser alado quedó en pie.

Y empezó a elevarse rápidamente, traspasando fronteras físicas que ninguna mano humana podría siquiera medir. Sus ojos, melancólicos, miraron por última vez ese campo lleno de cadáveres.
Ahora rendiría su informe, del cual dependía toda la humanidad.
Y no iba a ser nada favorable para nosotros....

Saturday, December 16, 2006

El poder de una mirada.

- Cobro caro, amigo.

- No importa, dame el precio ya.

- Serán cincuenta...

- Sólo eso? Cincuenta mil sucres??

- Idiota, dije cincuenta millones. Cobro caro, lo dije ya.

- Ummmh.... bien. Vale la pena. - El hombre abrió su talonario de cheques.- Lo quieres al portador o a tu nombre, muchacho?

- Guarde esa maldita cosa, yo no trabajo si no es con pasta en mano.

- Oye, sólo te puedo dar un adelanto. Diez es todo lo que tengo. Te daré el resto cuando regreses , lo prometo. Pero deberás cumplir lo ofrecido.

- Yo siempre cumplo mis ofertas.... Dónde es la dirección del hombre?

- Alamos 512 y Emilio Estrada. Recuerda que es un tipo que debe pagar sus miserias.

- Lo sé, por eso acepté este caso. Buenas noches.

Saliendo del despacho del empleador de mis servicios, me adentré en la oscura sábana nocturna de la ciudad de Guayaquil. Soy un sicario, un hombre que mata a otros por dinero. Destajero, matón, mercenario, ninja, llámenme como deseen. Mi nombre no interesa a nadie. Dentro de los círculos de este oficio me conocen como Piraña. Por mi fama de morder y por las mismas barajar.


Pero soy un sicario diferente. Los otros matan a quien sea si les ofrecen buen billete, así tenga que ser su madre. Yo limpio de porquería este mundo. Me arrechan los delincuentes de todo tipo. Y les tengo ley sobre todo a los de sobaco perfumado, esos niños bonitos que se banderean día y noche farreando con el dinero chupado al pueblo. Luego aparecen como los grandes salvadores con música, trago gratis, hembras mostrando el culo entarimadas. Y los ponen de alcaldes, prefectos, diputados y presidentes. Para continuar con la misma guevada. Morirse es lo que merecen, por ladrones, cínicos, hipócritas de mierda que ni Pinocho les cree sus chamullos. Pero el pueblo cojudo los sigue alabando así se les haya cagado encima ayer. Pueblo bruto. Yo no.

Taxista pendejo, no quisiste parar en la esquina. Maricón es que eres, tienes miedo de mi pinta. Bueno, tengo que coger la ruta que me deje más cerca del sector de Urdesa. Una india mendiga y cargada de pelados como zarigüeya se me pone en frente rogándome en una mezcla de quichua y guayaco que le ponga luca en la mano. Más por deseo de que se vaya que por bondad, le coloco la ayora en la mano mugrosa. Sigo caminando...


Nací en Balzar, hace unos veinti porras... El viejo se fumigó cuando era peladito todavía, así que mi mama tuvo que criarnos a mí y a mi hermanito. Con jodas y todo, había jama en la mesa siempre. Tuve chance de ir a una escuelita; “San Policarpo de ni me acuerdo “ se llamaba. Mi profesora se llamaba Irma. Señorita Irma. Chévere la pelada, y si no recuerdo mal, buena también. Era un goce acordarse de aquella vez cuando entre mi pana Carlos y yo le montamos una quinquigua en el faldón de la directora. La vieja saltó y bailó como esos toros bravos que yo miraba en el rodeo montubio. Fue un cuaje de risa verla. Nunca se supo quién fue el culpable. Esa fue mi primera fechoría. De muchas posteriores que terminaron en la expulsión del colegio cuando tenía doce años. La vieja se cabreó como nunca y me mandó una buena bolleriza que me dejó amoratada la nalga. Desde ahí aprendí a diferenciar entre lo bueno y lo malo. Y ya en ese tiempo había nacido mi último hermano. El padre nunca supe quién fue.

Sentado en la buseta de ruta 59, toco el arma escondida en mi chompa. Es una Smith & Wesson calibre 38, con silenciador. Se la compré a un viejo que conseguía armas de contrabando en unas seiscientas lucas. Pero valía la pena, porque ya me estaba cansando del escándalo producido por mi antigua recortada con que despachaba gentuza. En cambio, Micaela (así me gusta llamar a mi arma) es silenciosa, segura y un tiro bien puesto lo manda a uno donde San Pedro. O donde el diablo en estos casos.

La jama que había en casa era comprada por la vieja, el dinero no sabíamos de dónde salía pues la doña pasaba en caleta el día entero. Sólo trabajaba en lo hogareño. “Feliz en el hogar” como cantaría J.J.

Hasta que un día supimos la verdad.

Una noche, noche maldecida porque marcó el inicio de mi desgracia; estábamos todos merendando tranquilos cuando unos golpes tremendos en nuestra puerta hicieron saltar a la vieja. Al abrir salió un tipo pluto y mal encarado que sujetó de los brazos a mamá y la hizo caer al suelo. Mis hermanos chillaron de miedo y yo , como el hombre de la casa (gran pendejada, sólo 14 tenía) me paré frente a ese hijo de mil putas. No te metas con mi madre, cojudo, le grité furioso. El tipo me tiró un puñetazo que me mandó a las sillas de la sala. Medio soñado lo oía decir que la puta de mi madre trabajaba de noche en el barrio. Le pagó por un polvo. Como le gustaba le pidió el bis y se lo negó. Ahora venía a cobrárselas completas. Y ante mi infinita vergüenza, odio e impotencia, puso a mi querida madre, llorosa y debatiente encima de la mesa y se la tiró ante nuestras narices. El maldito ése salió gritando a todo mundo que en esa casa había culo seguro.

Mamá desde ese día fue vejada y despreciada por los vecinos, quienes no movieron un dedo por ayudar en esa noche. Nunca nos pudo volver a mirar a los ojos ni andar con la cabeza erguida.

Se me humedecieron por un momento los ojos por los recuerdos. Observo por un momento las cabezas medio caídas del resto de los pasajeros. Me pregunto cuál de ellos estaría dispuesto a ayudar a alguien en desgracia. Creo que nadie. De repente me entran ganas locas de gritarles a todos ellos que valen mierda.......Urdesa. Me voy acercando.

En esta vida estamos para matarnos los unos a los otros. No hacemos otra cosa. Verga es lo que dan en esos catecismos, que no enseñan a ser más que maricones ante la vida. Uno debe ser duro, guardando lo tierno de uno para la familia, y hasta ahí se traiciona. Después del episodio del borracho que violó a mi madre, y de saber que ella era una de las “niñas”, mi vida cambió por completo. Fui por un momento al caserío donde se suponía que trabajaba mi madre. Si en ese mismo lugar hace un par de semanas fui con unos panas para probar lo que era bueno; en ese momento me vino la idea de haberme acostado con mi madre. Pasé llorando el resto de la tarde.

Pero el chuchas de su madre ése debía pagar, de una forma u otra. A punta de investigaciones y de sapada logré sonsacar que el tipo ése vivía en uno de las haciendas de las afueras de Balzar donde trabajaba de peón. Así que en una noche como a las 12 y media me fui en corto a esa hacienda donde lo hallé chupando con sus yuntas, despacito me introduje en uno de los cuartos de herramientas y esperé el final de la fiesta. En una hora el tipo salió jumo como nunca. Lo fui siguiendo hasta su choza y al momento de meterse le toqué la puerta. Para mi suerte no vivía con mujeres u otra compañía. Cuando el hombre abre la puerta le atizé un machetazo en el medio de la frente que lo derrumbó como una pila de arena suelta; es por mi mamacita querida, chuche tu madre medio gruñí mientras le clavaba el filo una y otra vez en el cuerpo tembloroso. Ante la luz de la luna miraba cómo toda su vida, su orgullo y su arrogancia mojaban el suelo de tierra y salpicaban la foto de la colorada abierta de patas en la pared interna de la puerta.

Ahora pienso que si me hubiera visto la cara ese momento me hubiera asustado.

La parada, le grito al chofer antes de saltar al piso asfaltado. Que soy lerdo, por pensar tanto me pasé de la dirección acordada. Me pongo entonces a dar vueltas buscando las calles de la casa. Las luces centellean en todas partes. Un grupo de aniñados pasa a mi lado riéndose como tontos sujetando unas chatas en la mano. Carajo, se creen los dueños del mundo en esos instantes, pero quiero verlos después de 20 o 30 años y saber si se siguen riendo con la misma soltura que ahora, después de saborear la vida auténtica, de conocer el hambre , el sacrificio, el pelo caído, las tetas flojas y todo eso. Después de saber que hay un precio que pagar por toda esa diversión.

Mi primer muerto….en nombre de la justicia. La verdadera. A la policía no hubiéramos ido ni pagados puesto que el zambo ése solía ladrar a los cuatro vientos que los chapas eran sus panas del alma, así matase a quien sea a los dos días saldría libre. Y así no tuviera tal privilegio, quién miércoles va a hacerle caso a una putita barata que reclame que la han violado? Si eso es su modus vivendi, que se lo manden día y noche…..

Por eso fue que me escapé de casa después de coser al hijo de puta que se filiquiteó a mi vieja; ni loco me iba a pasear como si gran cosa en el centro del pueblo cuando se enterasen de quién mató a Bollo de Bagre. Pero a los años me contaron que nunca se supo del culpable. Cuando menos por ése la ley no me iba a echar el guante. Así que emigré a Guayaquil, al principio intenté conseguir camello por donde sea pero puertas y ventanas se me cerraban. Hasta que un man en chiqui me fue ofreciendo como cien lucas para que le tuteara la nalga a un lorenzo que le había roto las ventanas sólo por joder. Lo hice y me dieron la money sin replicar. Me gustó. La plena que me gustó. La sensación de tener un arma, poder usarla, y para eliminar toda la basura humana de la ciudad, o por lo menos una parte. Fui progresando; de cuchilla pasé a cartuchera, de cartuchera a pistola de bala U, y de ésta a Micaela, mi actual, la propia. Asimismo, de virar a pandilleros (tenía un método para atraparlos; algo así como atrapar ratones. Por el izquierdo conseguía tamugas de base en esos operativos de droga y se los iba a regalar a los pandilleros quienes de una se fumaban todo el paquete. El resto era obvio. Ante todos esos gusarapos drogados hasta las patas buscaba a los que quería y los tuteaba tranquilo) pasé a robacarros, hampones más duros terminando en los narcos distribuidores.

Ya divisé la casa del tipo a quien debo despachar. Una casa sencilla pero bien arreglada. Bonito era el jardín. No parecía ser la casa de un puerco corrompe-niños que me habían descrito. Pero igual, me dieron el adelanto y debo cumplir. A lo mejor el tipo era albergado o algo así. Con paso lento llego a la puerta y toco el timbre. De un solo me pongo la máscara por si alguien me mira. No quiero testigos. Al abrirse la puerta un hombre empijamado me mira con ojos de ruca.

- Señor Rivadeneira?- digo envuelto en la sombra para que no vea mi máscara.

- El mismo, en qué puedo ayudarlo?

Sin dar tiempo a otra cosa, lo tumbo al suelo de un empujón y saco a Micaela de mi bolsillo. “Diga sus oraciones porque esta noche se muere” grito con voz agria a mi víctima. El hombre sin decir palabra me clava los ojos y su mirada me desconcierta. Antes todos los miserables que había mandado al infierno me miraban por última vez con ojos abyectos, gemebundos, llorosos, implorando piedad. Poniendo de manifiesto su cobardía y su podredumbre de alma. Eli, eli, lamma sabactani? Hipócritas…

Pero este hombre nada de eso mostraba. Al contrario su mirada era tranquila y llena de dignidad y valentía como si me dijera que si tienes que hacerlo hazlo ya. No, no…esta no era la mirada usual que yo disfrutaba antes de apretar el gatillo.

Por primera vez en mi vida me vi indeciso.

De regreso al despacho de mi contratista, mi alma está llenándose de un nuevo concepto, algo radical, un nuevo sentimiento. Toco a la puerta y el hombre me recibe con una sonrisa sebosa.

- Piraña, en mi despacho está el resto del billete.

- ………

- Hubieron testigos?

- ………

- Qué ocurre, chico, te comió la lengua el gato? Ja, ja , ja… relájate. Te serviré un trago.

El tipo se vuelve, prepara su cóctel y al voltearse con los dos vasos en mano su faz sonriente se convierte en horrorizada al descubrir que lo estoy apuntando a la cabeza.

- Mentiste, hijo de puta…

Murmuré ácidamente al tiempo que vaciaba el cargador de Micaela a intervalos regulares. Los únicos sonidos fueron los “chiuk,chiuk” de Micaela, el quebrarse de los vasos al caer y el ruido sordo del cuerpo del tipo al desplomarse.

Diario Expreso, 14 de Junio de 1993.

Giacomo Stradivario, conocido administrador de las empresas impresoras Stradius, fue hallado en su despacho muerto de cinco balazos en el cráneo. Se sospechaba hace tiempo que Stradivario tenía vínculos directos con el narcotráfico y tenencia ilegal de armas. Se desconocen los motivos del asesinato, aunque no se descarta un ajuste de cuentas. Giacomo Stradivario estaba casado con la famosa cantante……

He descubierto que hay otras formas de combatir el crimen y a diferenciar auténticamente el bien del mal. Todo esto me lo enseñó el que hubiera sido mi víctima de una sola mirada. Piraña seguirá castigando el mal, pero ahora lo hará con más prudencia y juicio……

Monday, December 04, 2006

¡TENGO HAMBRE! (Reedición)


Por supuesto que deseaba medirme esa noche.
¿Siete horas de caminatas por esas calles hermosas y resplandecientes de Buenos Aires, más interminables antojos de degustar este y otro alimento típico, sean choripanes, sean bifes, sean aguilas o sean alfajores son regusto a anís (siempre cantando una ópera a mis papilas mientras descendían a mi estómago); más mis ojos que habíanse lanzado una y mil ocasiones a catar los reflejos que despedían esta, u aquella u esta otra ninfa de piel nacarada y rostro etéreo que cruzaban a mi lado una y otra vez; o mis oídos que registraban notas nunca antes oídas, arrancadas de la laringe de un Zorzal que llevaba más de 75 años de muerto?
Los sentidos debían cansarse.
Mas no mi entusiasmo.
Así que proseguí.
Y oh, bestia de mí, ya sumergido el disco de Ra bajo los bussiness buildings y ya habiendo dado la posta de sus dorados rayos al omnipotencial neón que retorciéndose y quebrándose gritaba a mis vistas Coca Cola, Movistar, Teatro Colón, Mc Donald`s y miles de otros discursos que tácitamente cruzaban ante mí, seguía avanzando. Mis pies gobernaban en ese momento, ni me dolían, ni me quejaba, ni nada.
Y dale que caminaba.

Decido parar en un paquete de ruidos entrelazados con efectos electrónicos y batidos con un humo fragante y decorado con haces de colores primarios y secundarios tan crudos y directos que ni siquiera hacían el lógico producto cuando se entrecruzaban.
Música.
A más de noventa decibeles. Si pasaban los ciento diez mis oídos me dolerían y correría un serio problema de riesgo de sordera. Me gustaba. No sólo mi órgano de Corti se sobrecogía con las cargas violentas del sintetizador. Ni mi humanidad se sobresaltaba con tanto cuerpo apretujado, unos tratando de disfrutar su bebida, otros, moviéndose en audaz sincronía al ritmo único, otros, simplemente en actitud contemplativa, pero vivos igual.
Ah, sí, mi bebida. Tal vez ella era la responsable.
Mezcla de un licor, un vino, un amargo y zumo dulce para enmascarar. Y yo con la sed, todo adentro casi sin saborear. Patán. Debiste saborear. Un buen sorbo en tu garganta. Cada etanol, cada tanino, cada sucrosa, cada escencia. A eso viniste, ¿no? Pago otra.

Cometo el mismo pecado. Gulp. Pa dentro. ¿Pero qué mierda me pasaba? ¿Acaso me matarían luego? ¿Tenía algún compromiso? No. Simple voracidad lupina. Mi lobo interno, el mismo que aullaba de placer mientras mis carrillos abultaban con ese bife de chorizo casi crudo, casi sin masticar. No comía, tragaba. No me alimentaba, me cebaba. Bestia. Animal. Eso era lo que era. Aún fuera del restaurante podía saborear los hilillos de jugo que aún quedaban en mi barbilla.
Qué malos modales.
Ahí tienes, majadero.
Se te trepó la bebida. Cuidado y la cagas.
Sobre todo viendo esa cosa, envuelta en rojo y metal negro que, junto a otras como ella, sacaba curvas y sinuosidades de lugares que me parecían risibles. Ya vas y le coges las nalgas protegidas por su escudo de vinilo.

Se te trepó la bebida. Y tienes ganas de cagarla. Sólo una membrana separa tu gentleman del caveman.
No. Puedo con esto. Puedo con ella.
Sólo mirarla. Con verla a los ojos, me basta.
Vamos mamita, mira para acá. Sólo un ratito.
Ahhhhh... Unos ojos para matar. Buena. Contacto. Se abrió el enlace.
Pero no te la quedes viendo tanto tiempo, gil. Va a pensar que la quieres violar o algo. Sonríe, haz algo. ¿Cinco segundos y sólo una sonrisa sin dientes y la bebida elevada? ¿Dónde llegarás con esa actitud?
Aunque...
Camina hacia acá. Oh Dios, camina hacia acá. Esa hembra, ese mujerón, esa mamazota, camina hacia acá.
- Hola.
- ¿Solita? (Buena, cojudo, bien que la viste con sus amigas y eres capaz de lanzar esa barrabasada.)
- Depende... ando con mis amigas...¿y vos?
Su voz es una anaconda que va penetrando mis canales auditivos hasta callar incluso ese rave trance a 1000 kmp.
- Turista... primera vez que ando por estos lados.
- ¿De dónde sos?
- Ecuador.

- ¡Ay, qué lindo! Y cómo te...
(no es tan importante)
...
- ¿Te gusta mi piso?
- ¿Eh?

¿Dónde me hallaba? ¿Con quién estaba? ¿Quién era yo? ¿Cómo llegué aquí?
Bolsa. Sus manos, entrelazadas en mis hombros ahora, me hicieron un upload de realidad.
- ¿Estás nervioso, lindo?
Se te trepó la bebida. Patán.
- Pon algo de música y veremos luego...
Pero si ya estaba sonando. Un ritmo pegadizo, como sus manos, caliente, como sus susurros a mi oído, exótico, como cualquier cosa que se te ocurra definir. Empezamos a bailar despacio. Me siento como un inválido en sus terapias. Tieso, chueco y torpe. Sigo a trompicones su movimiento continuo e hiperbólico, lo que le hace reír un poco. La estoy volviendo a cagar. Grande, aprendiz de galán...
Me mira de repente con esos ojos de matar. Me perfora mis retinas. Mi cabeza desconecta todos sus cables de cognositividad y los integra a otra cabeza menos teórica y esencialmente práctica.
Mi sed, la estoy calmando. A tragos grandes. Mi sed de ella. No me puedo desprender. Mis manos no pueden dejar de sentirla, mi nariz no puede dejar de olerla, no. No. No.
Hambre. Tengo más hambre. Quiero más carne. La quiero ya. En mi boca. En mis manos. Saborear. Gustar. No quiero alimentarme. Solo quiero saborear. Ser gourmet. De su piel.

Esa blusa de seda de 300 pesos, ese pantalón de vinilo negro de 450, sus sostenes y pants de Verónica`s Secret han perdido su glamour, su caché, su distinción y se encuentran mezclados con mi jean de bahía de 8 dólares, regateados de 15. Con mi camisa de algodón cuencano. Con mis boxers chinos de 5 dólares los 3. Y mis medias de 3 años. A la mierda la moda.
Lo que está debajo es lo importante.
Y ahí estoy, deslizando la punta de mi lengua sobre el nacimiento de su pelo y los contornos de sus orejas, mientras ella muerde con fruición mi esternocleidomastoideo izquierdo (auch!), pasando una mano por toda su espalda, sintiendo erizarse cada pelito minúsculo, y la otra palpando a más no poder todo lo que ella no mostraba en su escote.
No pienso, no puedo pensar. La otra cabeza mía estaba computando acciones mucho mejor que la pentium 6, aún sin salir.
Tengo que comer. Tengo que comer.

Le aparto su torso del mío y me aferro a esos manjares gemelos. Me paso catando y chupando redondeces, cambiando de texturas, de sedosa y tierna a levemente rugosa y tiesa. Y los sazonan sonidos de muy arriba mío.
- hhaaaa....mmmmm....papiiii....
Ella también come. Saborea. Precisamente su mano está atosigando mi cabeza activa. La perturba. Siento un empujón de ella. Entre sorprendido y aún hambriento, caigo sobre esas sábanas tan frescas y esa música aún resonante. La siento catar un bocado mío muy oculto. Pero sólo lo saborea. Lo lame, lo chupa y lo muerde despacio (uf..)
Mi hambre vuelve rugiente.
Agarro su cuerpo, lo manipulo, lo manejo a mi antojo, hasta que lo pongo como deseo. Y beso. Y vuelvo a besar. Sus labios llenos y jugosos. Beso tierno, muchita, francés, esquimal. Paso toda mi boca por la suya. Ella mezcla jadeos y gemidos. Y sigue ensimismada en mi cabeza.
Hasta que ya no quiere. Voltea su cabeza, se desenreda, se desprende, se desata. Cae sobre las sábanas y queda como muerta. Sólo su respiración agitada y su elevando sonrojo me dicen que no ha muerto. Y sus palabras desesperadas...
- Vení, mi amor, te quiero dentro mío...
Hay que complacer a la dama. A las damas se las complace. Se las mima. Se las consiente. ¿Soy un caballero? No. Soy una bestia. Soy un lobo hambriento. Un lobo enfundado con cultura, conocimientos y lengua humana.
Mi mente divaga, delira, está acá, está allá, está acá, está allá...
- Ah-ah-ah-ah-ah...
Allá, acá, allá, acá, allá, acá, allá...
- AH-AH-AH-AH-AH-AH-AH-¡AH-AH-AH-AH!
¡¡ALLÁ, ACÁ, ALLÁ, ACÁ, ALLÁ, ACÁ, A-
- ¡¡¡MMAAAAHHHAAAAAAAAaaaaaahhhh.....!!!
En cualquier puto lugar.
Sentí el Big Bang. Lo creamos ella y yo.
Abro los ojos y estoy en mi hotel. Algo pasó. Algo debió haber pasado. No es muy claro, pero pasó.
Algo que debía ser memorable, pero del que apenas recuerdo algo.
Pero sí queda algo.
Que resucita, se regenera y vuelve a levantarse rugiente, aullante.
HAMBRE...
TENGO...HAMBRE...

Thursday, November 23, 2006

En halago del manjar humilde...

No soy un gourmet. Pero me gusta experimentar nuevos sabores y disfrutar con lo que como. Considero que un gourmand o gourmet que se pueda jactar de ello debe tener conocimientos tanto de recetas originales como de vinos y las cosechas. De lo último soy bastante ignorante, por lo tanto tratar de emular o imitar a autoridades como Epicuro sería una insensatez digna de Condón de Burro.
Hace algún tiempo, leyendo (porque no tenía nada más que leer) el editorial del panfleto del EXTRA, revisé el "artículo" de un "columnista" que se ponía a despotricar en contra de la alta cocina, la gastronomía, la búsqueda de sabores y los placeres culinarios en general. Que, según su criterio, era una estupidez gastarse un platal comiendo una "pendejadita" de platillo confeccionado con pato, trufas, estragón francés y aceto balsámico ("un poco de ingredientes carísimos" era lo que había escrito en verdad) cuando con ese mismo dinero se puede comer diez veces un "platazo" de guatallarín, arroz con menestra o bolones con café hasta reventarse la panza. Y de paso dejó insinuando que los que disfrutan de la gastronomía son medio maricones porque los que se meten con la cocina les "entra agua en la canoa".
Tras leer este amasijo de letras mal agrupadas por un patanzuelo de mierda, tuve un deseo de ir a Granasa (las oficinas del panfleto), pedir la dirección del troglodita ése y hacerle comer por quince días seguidos lavaza de chancho y sobras de ristorante. Que igual todo se hacía mierda, según las propias palabras de este triturador de sobras con patas. Toma tu manjar, cerdo.


¡¡UIIIKKK! ¡Soy el crítico de gastronomía del Diario Extra!
Dejando este asunto aparte, por supuesto que los platillos propios de nuestro Ecuador son una delicia. Toda comida bien preparada y con cariño es digna de un aplauso de las mandíbulas, una ovación de la lengua. Asimismo todo placer es destruido cuando el platillo fracasa, sea desde una sencilla tortilla quemada hasta el exceso de sal en una pechuga de codorniz rellena de finas hierbas escalfada en vino blanco y servida con endivias al vapor.

"¿Cómo que no te gusta mi comida, travesti?"

¿Quién no se deja seducir por la cremosidad y la ternura de la guatita?
Ese plato bendito, a pesar de ser prostituido por Bucaram, es para mí una fiesta en mi boca cuando lo como. El gusto puede variar, sobre todo en la intensidad del maní o la cantidad de mondongo utilizado o si está aromatizado con cilantro o yerbita (imperativo). Da lo mismo si se lo sirve hecho por uno o si lo consigue en el restaurant El Fortín. Bien hecha, pocos platos le superan. Y hecho del estómago de la vaca! Un gringo pondría el rostro verde al saber la procedencia del fragante estofado, una víscera destinada a la producción de balanceado en la Yoni. Ewwww, cow`s gut...

¡Hey! ¿Y la yerbita picada y el ají?

Pasemos ahora al encebollado, único para rescatar el "chuchaqui" tras una bieliza o una chupiza donde te haces tierra. No sólo es delicioso, sino que nutritivo además. El atún o albacora se ha demostrado que gramo por gramo es el mejor pescado que se puede conseguir. Eso unido a la yuca y el chifle o el tostado para dar energía y el limón que da su acidez justa. Requiere de cierta práctica conseguir el balance justo entre crocante y suave cuando uno tritura el chifle o las rosquitas y lo sumerge en el encebollado para lograr ese conjunto de sabor y textura. Sencillos carromatos que lo encuentra uno en todo Guayaquil, y ni se diga de las playas y otros lugares del país, esconden un nivel de sabor y sazón del encebollado que hasta los grandes chefs les resultaría difícil emular, con sus centilitros, sus centímetros y sus minutos de cocción justa.

¡Chuta, qué chuchaqui! ¡Pasa el chifle, madrina!

El seco de chivo. Carne de borrego, naranjilla, chicha y un toque de cerveza. Un manjar de dioses. Esa amalgama de sabores que brinca de un lado a otro de los carrillos. Que envuelven al arroz amarillo con ternura. Que deja el campo listo para que pase un río de biela heladita. Los sabores se lavan, el amargo helado purga un poco el paladar para que vuelva a disfrutarse de la siguiente cucharada.

Un par de Pílsener heladitas y estamos hechos.

El biche manaba. Señora de sopas. fuerza y sutileza en un solo plato. Maní, pescado y mariscos por un lado, choclo tierno, camote y maduro por otro. No hay pierde.
Uno puede diferenciar con facilidad el seco de gallina hecho para comidas rápidas, de pollos engordados a la fuerza, del verdadero seco, cocido lentamente en horno de leña, con gallinas de campo, de carne oscura. Huesos recios que resisten bien los tenedores, carne firme y llena de sabor, un poco reacia al diente, pero igual cede. Las cocciones largas y demoradas superan bien a las ollas de presión y los microondas.

...y un poquito de jugo sobre el cocolón.

No es lo mismo llenarse la boca de galletas Oreo rellenas de transgrasas con sabor a vainilla que dejar que se disuelva lentamente una galleta de almidón en la lengua. Sólo almidón, panela, un poco de manteca de chancho y ya.
Al diablo con los aniñados "panes de yuca cheddar precongelados", o sea (Con todo el respeto que Facundo se merece). Esas crocantes cápsulas encontradas desde Jipijapa hasta el Carmen, recién sacadas del horno de lata cuyas entrañas gomosas dejan cantar el queso tierno, son inmejorables.

¡Horneados dije, no fritos!

Ponga a calentar lentamente coco finamente rallado, pescado, guanta, tatabra ahumada, perico o perezoso, armadillo o mantaraya seca, un poco de achiote, papas si se desea, comino, limón, cilantro hasta que todo se una bien y obtendrá el delicioso encocao esmeraldeño. Humilde, sencillo, servido entre sol, olas, ríos, selva a medio talar, gritos y conversa. Amado al final, luego que el último trocito de verde hervido recogió las últimas gotas de salsa.

Ahí tene, vea, rejién hechejito, pué...

Un representante de la generación O SEA, preferiría que le taladren el cráneo antes de probar un sobrecito lleno de chulpi y chochos. Comida de indio, o sea. Comida de cholo, o sea. Y se va ahí comprando su fundota de Doritos Xtra cheesse flavor, repleta de cancerígenos y colorantes, o sea. Pero es comida cool, o sea.
50 centavos y tienes una bolsita repleta de chochos, frescos y sabrosos. El chulpi para secarte un poco la boca. Los mellocos de discreta babosidad y sabor. El mote neutro que chupa el sabor de la cebolla encurtida y la salsa de maní o pepa de zambo, disfrazada a veces con pan tostado.

¡Lleve sus choooochooooossss! ¡Con ajiciiitoooo!!

El rostro semi sonriente del chancho hornado te invita a arrancarle trozos de su carne que pasa sin problemas por nuestra garganta. Baila al ritmo de los chasquidos del cuerito reventado. Ahí tienes la chicha, espumosa y alegre. Que te deje su regusto dulzón.

Venga nomás caserito, probará, que está reco...

El frío más severo cae con el vapor que desprende un pocillo de locro. O yahuarlocro con su aguacate. Coágulos de sangre de res picada. Suena espantoso pero sabe delicioso.

Y Drácula se relame los colmillos.

En esta paila de cobre, sentada sobre un asiento de hielo picado y sal de grano, el jugo puro de la fruta se espesa y forma un sombrero en el cucurucho. Tomate de árbol, mora, taxo, naranjilla. Que Pinguino se vaya al carajo.

...como lo preparaba la abuela...

Conoce un país comiendo.
Como cuando vi las diferencias entre la cotidiana chicha morada peruana, nada que ver con la nuestra de difuntos. Y la mazamorra morada, casi un pudín por lo espeso. O el cabrito a la norteña, que retaba a duelo a nuestro seco de chivo. Duelo parejo casi. Los guargueros rebosantes de manjar. La gran sopa de pollo, con fideos, papas, y un huevo duro. El hambre sale derrotada.
Las charrihuelas chilenas, versión burguesa de la salchipapa; su delicioso mote con huesillo, el trigo integral hervido en almíbar servido con unos duraznos diminutos y poderosos en sabor.
Argentina me enseñó el punto justo de la carne asada. El gaucho se echaría a llorar al ver nuestra carne asada, cortada con micrótomo hasta dejarla reducida a una película rosácea y luego quemada hasta que quede con consistencia de cuero. El bistec debe ser grueso, gordo, de mínimo dos dedos de grosor. Una fase de calor intenso que selle el exterior en una cobertura crocante y dorada, que permite luego al calor discreto cocer la carne en sus jugos sin evaporarlos. Ese centro enrojecido, semi sangrante, tembloroso, es la epifanía del carnívoro. Un espectáculo no apto para vegetarianos. Yo no puedo serlo. Amo y respeto demasiado el sabor de la carne sea res, pollo o cerdo como para renunciar a ella.

¿Querés lomo de entraña, asado de tira o bife de chorizo, che...?

Y de ahí ver, experimentar y probar. La ociosidad de un sobre de Sabora o un cubo de caldo Maggi estropea la minuta, lo convierte en un producto de producción en serie, en algo de consumo masivo. Se pierde el arte, el "toque". Yo destaco por mi gusto hacia lo picante (testigos de ello mis amigos y muchos lugareños que en mi rural comieron de mi cocina y rezongaron por el picor luego); Fulano por su tono alto en comino. Zutano sabe alcanzar el límite entre lo dulce y lo empalagoso. Mengano hace el ceviche como nadie. Zutana debería vender su morocho, de lo rico que le sale. Don Juanito y sus hayacas. Doña Angustias con sus corviches. Esa forma de hacer los quimbolitos de la abuela de Cheto. La mistela que aún se encuentra entre la 19 y la H. Y etc, etc.
Laurel, comino, pimienta, vinagre, estragón, tomillo, romero, cúrcuma, azafrán, limón y limoncilla, canela, anís, menta, anís estrellado, clavos de olor, pimientilla, flor de canela, agua de azahar, hojas de naranja y eucalipto, cilantro, yerbita, ,culantro, pimentón y páprika. Cientos de nombres, olores y sabores tirados por ahí en espera de compartir sus secretos con nuestras ollas. No teman experimentar.

Huele la foto...

El puñado supera a los 135 gramos, la medida "al ojo" le gana al conteo milimétrico, el ratito y el buen rato superan los 27 segundos y las 2 horas con 15 minutos.
Vuelvo y repito, no soy Epicuro ni pretendo emularlo. El conoce las recetas, las variantes, los vestigios de condimentos y sus procedencias. Yo sólo disfruto comiendo un buen plato. El sabe cuál vino y cuál cosecha es la indicada para acompañar el bistec tournedô, el lenguado al champagne, el fettuccini di mare. Yo apenas conozco la regla rojo-carne blanco-pescado y pollo. Pero voy aprendiendo. Aún desconozco el sabor de las trufas blancas y negras. Del caviar, del taramasalata. Del hígado de ganso que tantas alabanzas y adicciones provoca (¡75 yankis la lata en Supermaxi!) pero anhelo hincarles el diente. Y me maravillo al probar algo nuevo, o experimentar al cocinar.
Cocinar, si se lo hace con ganas, es un placer inigualable. Mis amigos han probado mis minutas, hechas al apuro a veces. Por suerte el balance sale positivo. Más allá de las críticas a las cáscaras de papa omnipresentes en mis estofados (¡son nutritivas, Kajeta!), o de lo que gustó el pudín de chocolate a la Tofu, disfrutar juntos de la buena mesa es más que un placer. Es un derecho. Se reafirman los lazos en la mesa. Es triste ver a las familias, cada uno en su cuarto, frente al TV o la compu, masticando sus platos precongelados, ,precocidos, las hamburguesas uno por persona, el pollo frito al estilo del coronel, sin decirse una palabra. 0 comunión.
Aparte que no puedo dejar pasar mi filosofía de lo sagrado del alimento. Me crispa, me horroriza, me asquea, observar los tachos repletos de pechugas, trozos de lomo, ensaladas frescas, sandwiches a medio acabar. Comida hecha para tirar a la basura. Una puta costumbre aprendida de la Yoni. Yo lo pago, yo hago lo que sea con mi comida, o sea.
Hay tantos que piensan que su alimento comienza directamente en el anaquel del Supermaxi o en los estantes del mercado o la tienda. Esas zanahorias que tiran con desprecio, esa col que la apartan diciendo que no les gusta, ese muslo de pollo aborrecido porque sólo se come la pechuga, o sea. Todo eso viene de la tierra. Miles de manos han trabajado, miles de espaldas se han doblado, montones de litros de sudor se han vertido para que esa zanahoria, esa col, ese muslo de pollo esté ahora en tu platillo, cachorro pelaverga. Es un esfuerzo de la tierra por mantenerte con vida, que no la mereces. Miles de seres mueren por que tú sigas viviendo. Y tú lo tiras a la basura porque no es traído de la sección "delicatessen", o sea, uf.
Yo trato de ser conciente que la vaca, el pescado, el chancho, el pollo, los vegetales que han muerto para que yo continúe con vida, se encuentran ante mí. En ese sencillo platito de ensalada de lechuga, limón y tomate, carne asada, arroz con frijoles y un vaso de jugo de naranjilla están las vidas y el esfuerzo de miles. Y que si mi hambre no da para más, pues al refrigerador. Para otro rato que vuelva a tener hambre. Me duele más la podredumbre de un brócoli que la muerte de un reguetonero. Más bien dicho, el brócoli echado a perder me duele. El reguetonero muerto no. Por lo menos el brócoli tenía utilidad. El reguetonero ninguna, a menos que a alguien se le ocurra la idea feliz de abrir una planta procesadora de reguetoneros y delincuentes para producir abono, suplementos para animales y cosas por el estilo. Excelente empresa, a mi parecer.
Vuelvo y repito, el alimento es santo. Es sagrado. Nos mantiene con vida. Si no te lo puedes comer, guárdalo. Si no lo puedes guardar, regálalo u ofrécelo. El ciclo tiene que seguir. No olvides esto, querido lector. Cada vez que echas comida a la basura, Gaia solloza.

...sólo os pido un poco de respeto hacia mis obsequios...

Tuesday, November 14, 2006

¿Un clavo saca al otro?

Vaya que ha pasado el tiempo...
Este relato fue virtualmente mi inicio como escritor por hobby y placer. Fue un suceso en la escuela de Medicina de MAnta que uno de sus alumnos, quien debía estar sumergido en sus estudios 25 horas diarias, pudiera ganar un premio de literatura universitario.
En verdad nunca creí que pudiera ganar ese premio.
Ahora lo comparto con ustedes.
OJO: Que los personajes sí son ficticios esta vez...
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Pepe es mi gran pana. Es decir uno de mis mejores amigos, nos conocíamos desde algunos meses pero la amistad se impuso fuerte entre ambos. El, mi grupo y yo pasábamos gran tiempo juntos ya sea estudiando o fiesteando en la casa de alguno de nosotros o en alguna peña. Realmente siento una gran estimación por este cojudo. El tipo tiene un defecto, sin embargo.
Su novia Marian.
Me cae mal, para qué negarlo. Y supongo, asimismo que ella posee cierta aversión hacia mi persona. Sus escasas pero pinchantes miradas cada vez que nos dedicábamos a la juerga me molestaban. Qué, no tiene derecho uno a divertirse (mientras no haga daño) como le dé la regalada gana?
Pero le reconozco algo. Es muy ducha en sus cosas, puedo darme como testigo. Y es muy enérgica en su modo de hablar. Todo parece dar una apariencia general de que ella es una pelada bien parada, que no le da el brazo a torcer a nadie. Y, honestamente hablando, esto es una cualidad que yo admiro en una mujer.
Y bueno, los locos ésos se quieren mucho, con mucha más efusividad por parte de él.
Sucede que de pronto la gente mía decide hacer un gran proyecto experimental para un concurso nacional allá por Ambato. Pepe y yo estudiamos arquitectura. Ella (cuándo no!) decide acompañarnos al viaje, puesto que estudia artes plásticas y podría aportar con una que otra idea en cuestiones de diseño y decoración. Yo di mi aprobación muy fría, sabiendo que con esta niña, habrían contrariedades seguras. Pero tenía aparte un pequeño retorcimiento , como si.....
Comienza el viajecito...Al buen rato paramos en una posada a echarnos algo al buche que ya empezaba a roncar. Empiezo a discutir de pronto con Marian por el motivo de escoger el mismo menú para todos (su teoría) y ordenar platos según el gusto de cada uno (lo mío).
- Pero serás caprichosa, maldita sea!! Como si todos comieran lo que a tí nomás te gusta, verdad!??
- Ah sí ! Miren al gran “gourmet”, hecho el fino !! Métete en la cabezota tuya que la plata no la sacamos del charco de la esquina, y que MI PLAN es lo más lógico !!! Si nos vamos por tu método acabaremos pidiendo limosna antes de llegar a Ambato siquiera!!
- Muy bien “Miss Economía 96”!! Tú ganas por ésta. Pero te prometo que me vuelves a chillar de ese modo y no respondo de mi verborrea....
- So patanazo, intransigente, caníbal.....
El bueno de Pepe viene a mediar entre este par de gladiadores de lengua, pero poco consigue. “No le levantes la voz así, viejo.”, me cuchichea al oído; yo estoy demasiado enfurruñado como para escuchar razones, así que agarro mi plato y me lo trago casi sin mascar. Tengo que pagar el chiste ése con un acceso de vómito a mitad del páramo. Por ahí lo escucho a Clavito : “Mejor lo dejan aquí nomás, no nos vaya a inundar el carro con su marea puerca”. Una miradita de reojo me avisa de una ligera risita por parte de Marian. Por ésta que ni bien me calmo, yo....
En fin, llegamos al lugar, lleno estaba de candor y colorido. Eran como las 3 y media de la tarde, así que Tucho propone que busquemos (el grupo lo formábamos 5. El parlante, Pepe, Clavito, Tucho y Nicasio. La pelada era aparte.) un buen alojamiento, y que sea BARATO; necesitábamos calderilla para irnos de vacile, claro, si es que habían lugares para buscar chicas lindas. Naturalmente, Pepe no se incluía ente los cazadores, puesto que ya tenía en qué entretenerse.
QUE MALA SUERTE!! Sólo una pensión barata habíamos encontrado antes de caer medio muertos por el cansancio. Y ésta solo tenía dos cuartos simples. La división es otro tema de discusión brutal entre Marian y el alzado de mí; aderezado con una que otra metida de pata de Nicasio (de qué carajo lado estaba?)
- Pero mujer, estás loca? Cómo demonios piensas apretujar a cuatro cristianos en una celda en la que ni yo me puedo hacer espacio??
- No te hagas el delicado, nene (detesto que me digan así, y la maldita ésta lo sabía), que bien caben dos en una cama y los otros en el piso, además son hombres, son machos (con qué malicia y ponzoña lo dijo) y creo que ya no necesitan su osito de peluche. Verdad, NENE???
- Yo creo que tiene razón, ñerio, por ahí nos acomodamos bonito y verás que con un poq...
- QUIÉN TE MANDÓ A ABRIR LA JARRA, BOBONAZO!!!!?????
- Ohhh... no que muy amigos?..ahhh?
- Mira, muchacha del...pmmpm...en este mismo instante los catres se dividen de ESTE modo: Clavito, Tucho y Yo en un cuarto. Tú, tu marinovio y este pendejo que está de tu lado, al otro. Y no se habla más!
- Alto ahí! (Era Pepe, que subía tras haber pagado el alojo de la gente) Desde abajo se les escucha la pelea; y lo oí todo. Marian, creo que la propuesta de él es la mejor y la más justa. Tres y tres es lo preciso. Y ya dejen de pelearse tú y tú!!!
Antes de dirigirse al cuarto cada quien, le lanzo a Marian una mirada de triunfo y burla, la cual me fue respondida con un yucazo inadvertido por los otros.
- Por qué te peleaste con Nicasio?, creo que lo hiciste sentir mal , loco.
- Sí , reconozco que lo lastimé injustamente, me tomé a mal su intercedida. Es que esa muchacha bendita me hace escupir fuego! Ya viste cómo nos tiró al raje a nosotros, y luego a hacerce la tranquila enfrente de Pepe. Da igual. Me disculpo con Nicasio mañana sin falta. Por cierto, Clavito, sácame de una duda: cuando vomité en el páramo, fue burla lo que le vi a Marian?
- Nada que ver; te miró casi con pena, como si estuviera responsable de tu situación.
- Mmmmmmm...buéh, supongo que habrá algo blando dentro de esta chica que...
- DEJEN DORMIR DE UNA VEZ!!!(Marian)
Fueron dos días de trabajo arduo en el día, y parranda sabrosa en la noche. Mis relaciones con Nicasio se normalizaron y, lo mejor de todo, había conseguido cierta tregua con la diablita de Marian. Nos quedaban tres días para terminar nuestro proyecto e íbamos por buen camino. Esa noche todos salen de juerga menos yo, demasiado cansado para jalar otras cuatro horas de brincoteo. Leyendo una revista de repente se me aparece Marian en el cuarto. Mirada inexpresiva.”Te equivocaste de cuarto”, le digo con sorna; “no jodas, nene”, me espeta ella. Se me prende una chispita ya conocida en el estómago mientras le digo:
- Tú no cambias, sigues pidiendo bronca.
- Anda a fregar a otro, yo vine para buscarle la billetera a Tucho que se le quedó. -me dice con voz dura y cortante.
- Bueno- dije, mientras me levantaba de un salto. Ella como que se puso en guardia- cuál es tu problema? Tú desde que nos conocemos no has hecho otra cosa que fastidiarme la existencia con indirectas y otras muy directas. A ver, suelta el rollo. Qué te pica?
- A mi nada- gruñe mientras se ruboriza del coraje, yo también estoy furioso y con muchas ganas de arreglar esto de un modo u otro - Tú eres el que anda hecho siempre el loco con tus actitudes , tus chistes malos , tu soberbia. Para ponerlo en dos palabras: ME ASQUEAS!!
- Pepe debió de estar lerdo para meterse contigo. - rujo mientras mis puños se engarfiaban.
- AH, SI??!!
- SI!!!!
De pronto se abalanza sobre mí y con las justas la detengo sujetándola con fuerza, nos miramos un segundo con una mirada tan fogosa que, a pesar de el frío del clima me sentí arder. Me rodea el cuello con rapidez y atrae de un salto su cabeza a la mia, nuestros labios chocan y se funden.

LA ESTOY BESANDO....
Sin saber por qué esa furia salvaje que sentía por ella se troca en un deseo tan ardiente que me aturde, una parte de mi cabeza me chilla “es la novia de Pepe!”, y la hago callar de un bofetón. Siento que sus uñas me arrancan la camisa, mis manos aletean sobre su cuerpo duro y satinado, vuelan los ropajes, nos estamos consumiendo en fuego pasional; mis recuerdos amistosos con Pepe, mis preceptos morales, el no fornicarás, no codiciarás la mujer de tu prójimo estaban a mil años luz de distancia. Marian y yo somos el universo entero.
Dios, me quemo, me quemo , ME QUEMO..... me quemé.
Qué hice?
A mi lado, mujer tan deliciosa, digna de todos los sentidos humanos, el ser más bello, me miraba ahora con una mansedumbre delicada, no había el mínimo rastro de aversión en sus ojazos. Y yo, explosionado, sorprendido, asustado, extasiado.
Le hice el amor a la novia de mi mejor amigo....
Lo más extraño es que NO había remordimiento alguno, ninguna culpa, ningún arrepentimiento. Ni temor a que nos vean...NOS VEAN!!
- Marian, vístete!! pueden llegar a cualquier momento, rápido!!
- Que vengan....no me interesa.
- Pero que nos vea Pepe...
- Me peleé con él, por causa tuya. (YO???). Y de pronto, subo, te veo y antes de darme cuenta estoy en tus brazos. Crees en pasiones ocultas, nene?
- Ahora sí.
- En estas oportunidades no se puede hacer caso de moral u otras bobadas. Te estalla el deseo y te sumerges. Es todo. Y me doy cuenta que tu ardor por mí también es intenso , mi nene.
- No me digas nene.....
Abre la flor de su boca y me deja deleitarme con su enviciante jugo. Caramba, de papas a nabos, de hielo a fuego. Soy un loco, un suertudo , un..
- TRAIDOR!!!!!
En ese preciso momento comprendí la descarga de moralina que se siente el amigo traicionero; como frío puntapié en el bajovientre. La embriagez del deseo paró brutalmente y la resaca de las consecuencias empezaban horriblemente. Ahí estaba el pobre Pepe, rodeado de Clavito, Tucho y Nicasio, ellos últimos con expresión de idiota y el otro con una mueca dolorosa infinita, el rostro con surcos de agua lacrimal.
Sentimos lástima por él y compasión, pero SIN remormiento. Qué raro, verdad? Podría yo destruir una buena amistad sincera por una aventura tremendamente tórrida, y que, dada las circunstancias, quizá no tenga futuro?
Creo que sí podría....................

XXXXXXXXX

Han pasado unos 6 meses desde lo ocurrido en Ambato. La amistad entre Pepe y yo, como es natural se destruyó . El proyecto fracasó miserablemente porque todos los integrantes del grupo marcharon a casa por separado. Y me gané la desconfianza enorme de Clavito, Tucho y Nicasio; ahora vivo en Guayaquil, en un departamento sencillo, mientras ando digitando estas palabras en la máquina de escribir.
En cuanto a Marian........bueno , ahora mismo entra al estudio con unos chocolates , y los deja en el mostrador mientras me acaricia la espalda suavemente, “estoy trabajando” , le digo pero ella no hace caso, me muestra su sonrisa encantadora , me toma dulcemente la mano y me leva

...............
ARRIVEDERCI

MORALEJA: Hey, quién diablos necesita esta tontería? No hay moraleja.

Thursday, November 09, 2006

Méme a la Tofu...

Ahora que publican los memes de canciones, voy a postear, no, seamos sinceros, voy a publicar un comentario que hice en el blog de Cicuta y voy a intentar contestar fielmente:

¿Hombre o mujer? Spokey Dokey (Cowboy Bebop)

Descríbete: Difícil elección. Pongo como referencias Czycos Post (Pump it up Version), 8 Commandment (Sonata Artica), Russian Dance (Tchaikovski, creo y no sé si lo escribí bien...), Tell me why (Berserk Op.)

Qué sienten las personas cerca de tí: I wanna be sedated (Ramones)

¿Cómo te sientes?: Heart full of black (no recuerdo los cantantes, pero sí es rock), Ace of Spades (Motorhead), Battlecry (Samurai Champloo Op.)

¿Cómo describirías tu anterior relación? : DRAIN de X-Japan. Bájate la letra y lo sabrás.

Describe tu actual relación: A tientas (Dun can dhu), Waiting so long (Berserk ending).

¿Dónde quisieras estar ahora?: I´m turning japanese (tampoco recuerdo el autor... ¡qué memoria la mía)

¿Cómo eres respecto al amor?: Emmm... De punta a punta (Alvaro no me acuerdo), Sonomama (Rouroni Kenshin)

¿Cómo es tu vida? Fighting the Shadowly Gods (Valkyrie Profile), Eyes of Eternity (Atelier Iris II Op.song) El opening clásico de los Final Fantasy.

¿Qué pedirías si tuvieras un solo deseo?: We gotta power (Dragon Ball Z)

EScribe cita o frase famosa: Bueno, cualquiera que diga Survival of the fittest.

Ahora despídete: Believe (Tsubasa Reservoir Chronicles)


Por lo menos las letras las puedes conseguir en www.animelyrics.com

Asì que si desean saber un poco más sobre mí, pues ahí tienen mis queridos lectores.
Voïla! Et bonne soirée!
(Es que estoy ahora en un curso de francés...)

Tuesday, October 31, 2006

RURAL...

Como vi la bola de relatos de horror para Halloween y lo del blog de Rossy que pedía colaboraciones, aquí les meto éste, que justo fue inspirado un rato entre Alice y yo...

¡Hop!
De un solo salto pasé de la canoa que transportaba, entre mi equipaje y otros lugareños, al primer peldaño de la escalinata de piedra del pequeño pueblo donde iba a realizar mi medicatura rural.
Panchito Bendecido.
Raro nombre, había opinado a mi jefe de área cuando pedía datos del pueblo donde iba a trabajar. Según me decía, este pueblo había sido nombrado hacía relativamente poco como destino rural, digamos unos cinco años. Y guiñándome un ojo, me dijo que me pusiera las pilas, puesto que ese pueblo tenía la fama que los médicos siempre salían fugándose con alguna moza, por ende era un lugar abundante en chicas lindas. Yo no tenía planeado casarme aún, pero si por estos lugares encontraba el amor de mi vida, bien entonces.

Fui recibido con una calidez y una amabilidad mayor aún que en otros pueblos campesinos que antes había visitado... Las sonrisas, los apretones de manos, uno que otro abrazo, junto a una cascada de nombres que tardarían un rato en enraizarse en mi memoria... Niños mal vestidos, desnudos algunos, revoloteaban entre mis piernas como una bandada de cachorros. Escuché una canción, quizá una ronda popular entre los niños:

- "Vino el doctor, el doctor; vino a salvar... vino el doctor, el doctor, vino a salvar..."
- ¡Deje su bulla, niño!

La furibunda orden vino de una gorda doña que logró que los infantes salieran cada uno por su lado. Pidiéndome disculpas, la señora me ofreció sus servicios como lavandera y cocinera. Se lo agradecí. Por lo menos lavandera iba a necesitar. Ayudándome con mis maletas, el que se llamaba el líder del pueblo, don Zender, me acompañó hasta la puerta de mi centro.
Una casa de cemento, de algunos dormitorios y el consultorio con la farmacia, conformaban el centro de salud donde atendería este año. Trabajar 22 días de cada mes, reportarme los 22 y descansar ocho. Aquí, en este pequeño pueblo de selva casi virgen, apartado de todo, sólo accesible vía río.
Conforme pasaban los días, fui haciendo amistad con los habitantes. Tenía la esperanza de contactar con mi predecesor, y fui a preguntarle a don Zender cómo era.

- Ayyyy, doctor, ese doctor antes de uté, era un diablo... con la que era reina de este pueblo se metió y se hizo de su mujé... se fue a no sé dónde, por Quito, creo que era...
- Ah, pero ¿terminó la rural?
- ¿No le digo que era un diablo? Botados nos dejó por irse con su negra, pue...
- De mí no se preocupe, antepongo trabajo y responsabilidades ante todo!
- No, si todos estamo alegre que haya llegado, uté va a ser el mejó- huy dotó con su permizo, tengo oficio, buena tarde...
Vaya con el pícaro...

Mis noches eran tranquilas y plácidas. La oscuridad completa, unida al profundo silencio, me llevaban a uun sueño profundo de inmediato. Tras un tiempo laborando, una noche, me despertó un retumbar relativamente cercano. Un tamboreo violento, profundo, rítmico. Tal vez estaban festejando algo, me dije. Al indagar sobre eso, me respondían que estaban ensayando para un concurso de "arrullo". No pregunté más. Pero el tamboreo aumentaba en tiempo y cercanía.

Era como si estuvieran acercándose a mí los retumbos de tambores.
Justo cuando decidí protestar por el hecho, el tambor calló. Feliz por el renovado silencio, me eché a la cama.

Fue entonces cuando sonó el alarido.
Un espantoso grito, de mujer, un chillido que mezclaba dolor desgarrante, un pánico indecible y un deseo de escape inmediato, taladró mi cabeza. Salté como propulsado con un resorte. El natural terror a lo desconocido, a lo oscuro que impedía ver más allá de mi mano (el servicio de electricidad era muy inestable) me corrió como un baldazo de granizo. Tropezando y trastabillando di con la puerta. Justo me acordé que no tenía con qué defenderme, en cualquier caso. De todos modos grité quién andaba ahí.

El silencio total fue mi respuesta.
Nada. Ni la misma jungla parecía emitir sonido.
Yo, en un océano de negrura y silencio.
Mis pesquisas posteriores dieron resultados nulos. No té, yo no oí, sabrá Dió, era todo lo que escuchaba. ¿Qué ocurre en este pueblo? En la única línea telefónica, me comuniqué con mi jefatura y pregunté sobre el paradero del médico anterior. Me respondieron que habían recibido una carta de éste y que estaba felizmente casado y asentado en una ciudad cercana a la capital pero que pronto emigraría a otro país. Nada más.

Cuando caminaba rumbo a mi casa, vi una ronda de niños cantando la ronda, recitando el mismo cántico que oí cuando arribé por vez primera.
- "Viene el doctor, el doctor, viene a salvar... el pueblo va a salvar... a salvar, a salvar, de la Tunda va a salvar..."
¿La Tunda?
- ¿Quién es la Tunda, niños?
Al oír mis palabras, los niños escaparon como alma que lleva el diablo.

Llegó la noche.
Dormirme ya era más difícil por los sucesos anteriores. Por si acaso tenía mi cuchillo a mi lado.
La puerta se abrió sin previo aviso.
El terror me impidió aferrar el cuchillo, y presa del horror vi una figura curvilínea acercarse a mi cama. Ni siquiera podía gritar, cuando esa figura se sentó a mi lado y me abrazó. Tibieza... olor..a mujer.
- ¿Quién eres? - Murmuré asustado aún.
- No diga nada... susurró sensualmente. Mi terror cerval era sustituido con rapidez por un deseo intenso. Sin poder ver su rostro, tardamos toda la noche amándonos.

Desperté solo.
En vista de la mínima colaboración, me puse a realizar algunas investigaciones subeptricias. Viendo los registros de actividades de mis predecesores, descubrí que ninguno de ellos había terminado su año. Uno había durado 6 meses. Otro 4. Otro 9. Otro 8. Y el último apenas 2! No. Aquí pasaba algo siniestro. ¡Tenía que salir de aquí!
Estando ya terminando mis lecturas, mi ojo captó algo. Unos manuscritos arrugados semi ocultos bajo un escritorio. Era un pedazo de cuaderno. Había un nombre escrito.
¡Era el de mi predecesor!

" Panchito Bendecido es un pueblo siniestro. Las cosas que he averiguado me han hecho maldecir haber estudiado medicina...
Bajo la máscara de calidez y amabilidad de los pueblerinos se oculta un secreto espantoso, indecible, que al parecer ha cobrado las vidas de los cuatro rurales que habían venido aquí en los años anteriores..
."
Lo de hacerse de mujer y escaparse de la rural... era una maldita mentira. Ellos lo habían inventado. Las historias, las cartas, TODO.

"Cuando consideran que el tiempo es el indicado, proceden a realizar un ritual complejo. Primero, durante algunas noches van rodeando la casa del médico, envueltos en la noche, y tocan un 'arrullo' con sus bombos y sus cununos para ir marcando el lugar donde reposaría la 'presa'..."
Esos tambores... ese arrullo... todo eso era... dedicado a mí...

"... tras el 'arrullo' los pueblerinos pasaban al segundo y sanguinario paso. Una doncella virgen es muerta de una sola puñalada (¡El alarido que escuché!) y mediante rituales al parecer vudú o algo así, es vuelta a la vida y enviada a la casa de la presa, donde ahí, realiza un acto sexual, para quitarle el vigor y la resistencia a la presa..."
Un ramalazo de asco me removió todo. Tenía intensos deseos de vomitar. Había hecho el amor con un cadáver...para eso era lo oscuro. Por eso no pude ver cara ni nada... yo... yo soy la presa...

"...Todo este macabro acto es realizado únicamente para complacer a un ser que ellos adoran y temen. Una especie de criatura que aparentemente trae prosperidad. Tal ente es llamado TUNDA..."
La Tunda... ¡la canción de los niños! ¡Ahora todo tenía sentido!

"... rezo a Dios por sobrevivir de este infierno, de este lugar maldito. Con dificultad he logrado escribir estos datos. Así que de no sobrevivir, querido colega que me sustituirás, por amor de Dios, ESCAPA. HUYE. AQUÍ SÓLO TE ESPERA LA MUERTE.
Oh Señor, ya los oigo, ya vienen por mí, escucho ese infernal arrullo, los gritos de la gente, ten piedad de mí, Señor, te
"
El escrito terminó abruptamente.

Y así de abruptamente, la puerta del consultorio fue echada abajo por una horda de lugareños portando lámparas de queroseno, cuerdas y garrotes, sonando salvajemente los tambores una y otra vez del ritual.
Un pesado trozo de madera hizo blanco en mi cráneo. Vi un montón de fuegos artificiales y luego todo calló.

El dolor de mi cabeza me sacó de mi sopor. Estaba en medio de la selva, en un claro, atado a una estaca por los brazos. Don Zender estaba al frente mío, vestido con una túnica roja y blanca, y la cara pintada como las tribus africanas. Recitaba como en éxtasis una letanía de palabras incomprensibles, salvo una que repetía constantemente. Tunda...Tunda...TUNDA...
Iba a ser sacrificado. Empecé a gritar como un loco, ahito de horror, sacudiendo la cabeza. Zender y el círculo de lugareños parecían complacerse con mi miedo. Era casi todo el pueblo reunidos alrededor de sendos fuegos, como esperando a alguien, mientras esos malditos tambores no dejaban de sonar.
De repente los tambores callaron. Unas pisadas retumbaron acercándose. Todos los lugareños se postraron frente al piso, en total reverencia.

Era la TUNDA...
Un monstruo como de cuatro metros de alto, con forma de mujer, pero de belleza no tenía nada. Un cabello pringoso, retorcido y grisáceo formaba una mata sobre su cabeza. Un rostro de espanto, de ojos globosos de iris como de gato color rojo oscuro que coronaban una cerca de dientes enormes, disparejos y sarrosos. Su piel verdosa era gruesa y apergaminada, como la de un elefante. Brazos enormes y venosos, con zarpas que bien podían aferran un adulto. Estaba desnuda, como una fiera. Sus mamas colgaban como odres semillenos y de pezones largos, como tentáculos. Una espesa maraña de cerdas cubría el bajovientre de ese monstruo. Sus piernas colosales daban sustento a ese engendro del infierno.
Abrió las fauces y soltó un feroz aullido.

Esa cosa me iba a matar.
En ese momento Zender, sin levantar casi la cabeza empezó a chillar febrilmente.
- ¡Tunda, toma tu presa! ¡Tu presa, Tunda, ahí está tu presa blanca!!
Yo tenía que salvarme. DE ninguna pensaba acabar con esa cosa verde. De pronto la Tunda emitió un sordo gruñido, sin mover casi la boca. Hablaba...
- ..D..DÉME...DÉME MI..PRESA... DÉME... MI PRESA...¡¡DÉME MI PRESA!!

Fue cuando terminé de comprender. Por algún oscuro trato, la Tunda había acordado devorar a cualquiera que no sea del pueblo, y si era blanco tanto mejor... ¡Para eso eran los médicos enviados! Fueron la comida de ese monstruo, que ahora se aproximaba, con las zarpas extendidas hacia mí. Yo iba a ser la siguiente comida de ese ser, para que el pueblo permaneciera seguro y a salvo... La horrenda cabeza de ese ser estaba ya sobre mí cuando le oí gruñir nuevamente la misma frase. Mi presa... déme mi presa...

¡¡Pues yo no iba a darle nada a la maldita!!
El cuchillo que tenía guardado en mi pantalón terminó de cortar la cuerda que segaba disimuladamente mientras hacía la pantomima de histeria absoluta; y justo cuando las fauces se iban a cerrar sobre mí, salté esquivando la tarascada. En ese momento ya no pensaba en respetos, en juramentos hipocráticos ni en medicina.

Eran ellos y su Tunda o yo.
Un lugareño divisa que escapo del ataque de la Tunda y chillando saca de sus ropas un revólver. Yo sin pensarlo casi le lanzo el cuchillo y se clava en uno de sus ojos. El chillido aumentó mientras yo le arranqué las dos armas y de un sajazo corté su garganta. Luego apunté y disparé dos tiros que le dieron al monstruo en su tórax y en su cuello. La Tunda emitió un rugido fenomenal mientras todos los lugareños se quedaban petrificados por el horror. Zender, con sus ojos como platos me señaló y gritó por encima del rugido:
- ¡¡¿¿PERO QUÉ HA HECHO, DOCTOR??!! ¡¡NOS HA CONDENADO A TODOS!!
La respuesta a cualquier interrogante fue contestada por la misma Tunda:
- ¡¡NO PRESA!! ¡¡NO PRESA!! ¡¡TÚ PRESA AHORA!! ¡¡TODOS PRESAAAAA!!!

En un veloz movimiento agarró con una zarpa a Zender y su boca se cerró sobre su tórax. Se oyó un feo crujido mientras las piernas del hombre se sacudían convulsamente mientras la criatura la devoraba chorreando sangre. Se armó un pandemonium. Todos corrían de un lado a otro mientras la Tunda, aún con restos del jefe del pueblo en sus dientes, lanzaba zarpazos que arrancaban torsos, cabezas y brazos entre chillidos y alaridos.
El dios del pueblo se había vuelto contra éste.
Yo no me quedé a ver cómo acababa la cosa y corrí como pude al pueblo. Dos tipos corrían hacia mí, machete en mano, para hacerme lo que no pudo la Tunda. Mi revólver les dio la bienvenida.

Ya en el pueblo, corrí hacia el muelle y, bendito sea Dios, hallé una canoa con motor. Tras activarlo, salí del pueblo envuelto en la noche, la oscuridad, pero sobre todo, en los brutales rugidos de la Tunda.
No recuerdo cuántas veces me embanqué en la orilla, y bajé casi loco de espanto a meterme al río de nuevo, sintiendo a la Tunda en mis espaldas todo el tiempo. Navegaba casi por instinto.
Finalmente, vi luces. ¡Por fin! El pueblo de mi jefatura. Estaba a salvo...
¿Pero... podrá creerme alguien lo que viví...?

Wednesday, October 25, 2006

Duele el amor sin tí

I could not look back,
you'd gone away from me
I felt my heart ache
I was afraid of following you


Nuevamente, cuando ya te creí exiliada de mi corazón, cuando creía que habías abdicado como soberana y emperatriz absoluta de mis quereres, vuelves a infectarme la cabeza, a hendirme la conciencia con tus palabras, a pasear con desparpajo tu belleza élfica, tus ojos centelleantes, tu boca escueta con esa pequeña respingadura en el labio superior que te hacía tan encantadora, tus cabellos anodinos, áureos, retorcidos como algunos de mis pensamientos, en fin, todo ese maldito amasijo de belleza que sin pena ni compasión alguna te atreves a pavonear ante mis ojos.
Maldita odiosa.

¡Dos años!
Dos años desde aquel fatídico día, en el que yo, resignado a pasar un 14 de Febrero en soledad, vi tu luminosidad cuasi-divina, tu mirada dudosa, de cuatro ojos, que al cruzarse con la mía provocó una sonrisa mutua. Que ese día estábamos juntos viendo Kill Bill en el cine (vaya película para celebrar el san valentín...) y que al final, antes de incorporarnos, sentí un deseo imperioso de besarte, más que por sentimiento, por puro instinto, por puro deseo de probarte, por puras ganas y que hubiera logrado de no haber tú mantenido la mirada asustada al frente.
Y que luego de cierto tiempo, visité tu casa y me recibiste envuelta en un vestido iridiscente, refulgente como tus ojos que los años de estudios de mi misma carrera no habían logrado marchitar, e intercambiamos miradas y deseos reprimidos, y nuestro beso nuevamente quedó postergado por la urgencia de la petición de tu hermana que fueras a atender los invitados.
Y así fueron pasando los días y las semanas y los meses. Tiempos en que pensaba en ti con ternura, tiempos en que no me acordaba ni de tu nombre, estando en brazos de ésta o aquella.
Dos años que tardé en enamorarme de ti.

When I had looked at
the shadows on the wall
I started running into the night
to find the truth in me


No sabía si era mi puta suerte o si era que algo había que deseaba que no nos viéramos, pero de todas las oportunidades de vernos a solas, un 95% no se daban. Que si estabas de guardia, que si estaba YO de guardia, que si tu abuela estaba enferma, que si yo estaba en un congreso... que si yo me estaba a mi vez enamorando de otra mujer en Chone, otra que asimismo lanzó un ougi (el Amakakeru-ryu-no-hirameki, para ser exactos) a mi corazón, cuando estaba prácticamente consumado el hecho que ella y yo seríamos uno para siempre... ¡Te habría sustituido por una vivaracha y vibrante chiquilla de seno abundante y labios de brasa que me dieron el más ardoroso beso en mi vida!
Lo hubieras merecido, odiosa.
Pero ahí estuviste ese día, a contarme serena pero dolorosamente cómo tu padre había muerto en tu regazo, yo escuchándote sin dictar atención a más sonido del que saliera de tus labios élficos. Esos mismos labios que, ante 39 citadinos ocupados de sus cosas y sentados en una línea 9, decidieron pegarse a los míos, complaciéndome finalmente de tan ardorosa espera, haciéndome comprender que tan delicada cata había valido la pena. Y no uno ni dos, tres, tres largos destrampes que en ese momento me importaba un carajo que nos estuvieran viendo o comentando. Tú y yo, maldita odiosa, volando juntos.
Fue cuando empecé a dejar que tu presencia se descargara en mi espíritu.

All of you in my memory is
still shining in my heart


¿Pero qué demonios podía ver yo en ti? ¡No eras nada interesante! ¡No tenías nada destacable!
Eran tus palabras una y otra vez que yo trataba de elogiarte o algo parecido. Debía darte un coscorrón seguido de un beso, por estúpida y por amarte.
Tú, una chica totalmente seria. Yo, un loco más dado a volar sin alas ni aviones.
Tú, una mujer centrada. Yo, tantas veces sin saber por dónde irme o escoger, botando algo y anhelándolo luego.
Tú, estudiosa, alumna excelente. Cuatro ojos. Nerd. GEEK. Yo, odio estudiar. Mis calificaciones no eran precisamente para ganar el Contenta. Vista 20/20. Loco. LOCO.
Tú, anteponiendo responsabilidades, estudios y carrera ante todo. Yo, invitándote a pavearte, a mandar un poco de cosas a la verga (tu subvaloración por ejemplo), comerte a besos, hacerte sonrojar, comerte a besos, buscarte las cosquillas, comerte a besos, hacerte vivir y sentir.
Tú, una completa odiosa. Que te molestaba al decírtelo. Yo, un majadero, que me lo decías cuando soltaba mis palabrotas o comía con las manos.

Y ahí está la respuesta.
Tú y yo nos complementábamos. Tú ponías la responsabilidad y yo el placer. Tú la carne y yo los condimentos (y el fuego).
Eras la mujer de mi vida, maldita odiosa.

Y decidiste abandonarme. Sin motivo, sin explicación, sin adiós. Sólo tu espalda, tu cabello ensortijado, tu aroma y nada más. Culpa tal vez de la vida, yo por Manabí y Esmeraldas, entre selva y negras, tú en Guayaquil, rodeada de geeks y nerdos. Nunca supe, quizá nunca sabré, el motivo de tu tan súbito y feroz desdén. ¿Le caía mal a tu familia? ¿Te enamoraste de algún sanguito mamador, de un pito frío y aburrido, de un tonto que es un reprimido? ¿Te horrorizó saber la misma respuesta, y que seguirla hubiera significado un revés para tus planes? No lo sé.

¿Quién me mandó a enamorarme de una GEEK CUATRO OJOS??

Porque, a pesar de lo que me dolió tu rechazo, y no sé cómo mierda lo haces; aún permaneces en mí. Tú, maldita estrecha de corazón, tú, odiosa elfa inalcanzable, tú, sí, TÚ.

Aún te amo.
Amo a mi odiosa. Mi odiosa. Mi ohdiosa.
¡¡OH, MI DIOSA!!

...crying in deep red...

Saturday, October 21, 2006

xxxx T O F U E N O Z xxxxx

¡¡POR FIN!!
Para complacencia de todos los miembros de las caritas tristes, los fans de lo oscuro y lo que había pactado anteriormente con Alice, finalmente suelto el post semi-ficticio compartido...

xxxxxxxxxxxxx

Abrí mis ojos y no pude creerlo.
Tras haberme desmayado, luego de haber abierto mi palma profundamente, en un desesperado intento por salvar o infundir algo de vitalidad a Alice, esperaba despertar en algún salón de emergencias, tan familiar para mí, envuelto entre lamentos carmesíes, murmullos asépticos, desiciones vestidas de albo y siseos plateados que hendían pieles, músculos y demás tejidos...
Era mi mundo.

Pero no.
Ante mí se desplegaba una árida llanura, un páramo desolado, blanco y negro, casi sin grises. Como cortado con los bisturíes que tanto placer me provocaba usar... Es entonces cuando mi cuerpo comienza a darme parte de cómo influía en mí esta dimensión bizarra... Un calor seco, que serpenteaba por mi piel provocando fiebres locales y bochornos brutales. La sed, mi garganta gemía por sí sola. Sentía como si hubiera cenado un kilo de arena todo regado con abundante polvo. Cada pliegue de mi mucosa rechinaba contra sus vecinas. Extrañamente, al mirar mi mano, vi que no sangraba, mas la extrema debilidad que me atenazaba me susurraba que había perdido bastante.

Pese a todo empecé a caminar.
Buscando una salida, agua, algo de comer, ALGUIEN, que mi única compañia era el sofoco y la sequedad. Cada paso requería de toda mi voluntad y mi deseo de vivir. Mis pies horadaban el quebradizo suelo de aquel maldito lugar al cual había caído por quién sabe qué malevicio, karma o destino al fin y al cabo.
Mi pie derecho se niega a moverse y volteo a increparle.
Veo que una prolongación negra, brillante, húmeda (hubo un momentáneo deseo de lenguetearla en busca de humedad) estaba enredada en mi tobillo. Debía asustarme, pero el miedo no lograba meterse en mi cabeza. Debía pelear, pero toda mi fuerza la empleaba en estar de pie. Así pues, dejé que esa forma, esa gelatina ennegrecida fuera culebreando por mi pierna, extendiéndose hacia la otra, cubriendo mi vientre, invadiendo mi pecho, vistiendo mis brazos, revoloteando, pegoteando y palpitando en mi cara, penetrando en mi boca, ensañándose en mis fosas nasales, obturando mis oídos.

No sé por qué, pero empiezo a sonreír.
Siento un raro alivio que me deja relajar mi cuerpo, entregado ya al ímpetu de ese limo negro borboteante, y lentamente lo hace caer, mientras mi campo visual se va achicando, como los finales de las películas mudas que tanto me gustan...

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Vuelvo a despertar.
No estoy muerto.
¿No me querrá la parca o qué?
Todo lo veo nebuloso y girante, destacando una flor naranja que baila un ritmo desconocido para mí. La flor canta, canta distorsiones que se repiten una y otra vez. Esos sonidos amasados lentamente se van desenredando y forman letras. Y las letras palabras. Y éstas frases...
- ¿Ya estás despierto?
Sacudo la cabeza.
La flor naranja deja de bailar y se convierte en una fogata. La frase provenía de algo o alguien, cercano mío. Mis ojos dejan de fallar y registran la imagen de una mujer. Una mujer. Vida. Alguien.
La silueta blanca me muestra redondeces exquisitas, tapadas apenas por un tenue vestido azabache que más parece pintado en su cuerpo. Ese crudo contraste de blanco con negro convierten a ese ser en algo espléndidamente sobrecogedor. Sus ojos, posados sobre mí, reflejan sus facetas iridiscentes.
- ¿Quién eres?
- Me llamo Dorothy. Te necesito. ¿Cómo te llamas?


A juzgar por la situación, temo que he de adaptarme a este mundo nuevo. No estoy asustado, ni siquiera al recordar mi abducción por el limo negro. Es más, tengo la impresión que ese ser, sea lo que sea, decantó mi alma.
Modificó mi frecuencia.
Rompió mi equilibrio entre luz y oscuridad dejando sólo la... oscuridad.

- Yo me llamo Trev... digo, Tofu.

Continuará en el blog de Alice.