Saturday, January 03, 2009

Crónica de dos años de sacadera de pugta. Tofu en Solca.


Listo. Se terminó.
No me volverán a contratar en ese hospital. Dos años de asistencial como máximo.
Voy ahora a contarles, queridas lectoras y estimados lectores, el extracto de lo acontecido en estos 24 meses en el hospital oncológico SOLCA.

2 de enero, 2007.
Llegué al hospital donde me habían contratado a las 7:30 aproximadamente, habiendo recibido 5 minutos antes una llamada apremiante de que por qué no aparecía temprano. Fue ahí donde tuve mis charlas de bienvenida con el general Espinoza y con el director médico. Y también ahí recibí mi primera experiencia de grosería. La en ese tiempo jefa de residentes, la tratante de medicina del dolor, me ordenó de manera agria y altanera que para mañana traía cortado ese cabello. Mi cabello que tanto me gustaba llevarlo largo, por una orden furibunda y grosera, fue podado peor que césped.
Durante el primer mes, fui conociendo a los compañeros residentes. Los nueve que habíamos sido aprobados (asistenciales), los R3 postgradistas (5), dos R4 postgradistas y algunos R-saurios (egresados) que aún daban vueltas por el hospital. Asimismo, nos fueron dando clases para aprendernos el sistema de computadoras, en Solca no se hace casi nada a mano, todo va en el sistema, un bonito sistema que la verdad ahorra muchos problemas. Nos dijeron que no era obligatorio que fuéramos a clases para los postgradistas, mas sí o sí los miércoles dábamos el "desayuno científico" donde los asistenciales sobre todo cumplíamos las asignaciones que los R4 nos pedían investigar. Con decirles que luego de mi primer día de trabajo, tenía este enorme pensamiento en mi cabeza: VALGO VERGA. Cosas que en los hospitales públicos ni se molestan por leer, acá eran revisados a diario. Electrolitos, función hepática, grados de anemia, uso correcto de antibioterapia, ESTADIAJE DE TUMORES...

Apenas puse pie en el hospital, me adjudicaron servicio. En SOLCA hay tres departamentos principales. Clínica oncológica (donde ponen quimios y eso... tercer piso. Son los que saben de todo pero no hacen nada. A nosotros vivían jodiéndonos la paciencia para ir a sacar puntos, cambiar gasas o poner sondas. Batracios.) Pediatría en primer piso, donde se atienden los bebes de hasta 18 años, y Cirugía en segundo piso, mi territorio. Ahora bien, cirugía se divide en los siguientes servicios: Cabeza y cuello (para tumores desde tiroides hasta lengua pasando por muchos melanomas), Mamas y melanomas (lo que es tumores de seno, desde un fibroadenoma retirable en emergencia hasta verdaderas imitaciones de zapallos infectados y fungados y los tumores de piel de extremidades), Ginecología (aparato reproductor femenino), Tumores mixtos (tumores gastrointestinales, hepáticos, páncreas y pared abdominal), Traumatología (huesos y articulaciones), Neurocirugía (todo lo que es encéfalo y sistema nervioso) y Urología (aparato reproductor masculino y vías urinarias con riñones).
Aparte de estos servicios teníamos otros complementarios, que tenían sus propios residentes, pero ocasionalmente metíamos mano. Cuidados intensivos, donde se iban los casos más jodidos; Neumología (pulmones y vías respiratorias), Colposcopía que es como el hermano menor de gineco, donde se realizaba principalmente las conizaciones de cérvix uterino y el servicio más nefasto de todos: Gastroenterología. Donde se hacen endoscopías y colocan drenes biliares y eso. Nefasto lo digo por sus tratantes, personas tan groseras, malhablados, despóticos, tiranos y presionadores que el común de los residentes contratados no duraban ni un mes, y sobre todo el año pasado, eran sólo mujeres. Como para que saquen cuentas.

Como iba diciendo, el departamento al que me pusieron fue Traumatología. Cuando me dijeron cuál servicio me tocaba, muchos intercambiaron miradas cómplices y sonrisitas mientras me decían que iba a formar carácter. No sabía a lo que se referían, y la plena, de haber sabido...
El caso que conocí a mis jefes en pleno quirófano, ya que tenían justo cirugía programada. Los días qx eran miércoles y viernes. Entré y me presenté. Mi jefe ya estaba operando con su segundo y me ordenó lavarme. Fue entonces cuando supe a qué se referían con lo de formar carácter. Aún recuerdo el caso, un tumor dependiente del iliaco derecho (hueso de cadera) el cual tuvo que ser sacrificada la tabla externa del iliaco. Mi jefe es un cirujano de tumores óseos simplemente impecable y muy juicioso, mas tiene un pequeño defecto. Si las cosas salen mal o si se comete un error... ¿han visto cuando el gran Quesote fracasa en cada episodio? Hagan de cuenta. Dada mi mínima experiencia, mi nerviosismo continuo en las operaciones y la complejidad de ciertos casos; los gritos, las referencias violentas y las expresiones duras fueron mi pan diario.
Claro que en febrero, debido a las vacaciones de una R3, fui colocado por un par de semanas en el servicio de tumores mixtos. El jefe del servicio (sin incluir al otro tratante del servicio) es el jefe general de quirófano y un cirujano de vasta experiencia. Muy paciente y tranquilo, pero exigente. El problema era que también estaba por encima mío un R-saurio ya saliente que pasaba por el servicio y que el hombre me tomó de su puerquito todo el puto rato. Ah claro, de saber sabía, tiene el hombre montones y montones de conocimientos encima, pero qué manera de hinchar las bolas el tipo! Fue uno de los causantes de mi entrada en más de una ocasión en ASSHOLE MODE (ver post respectivo)... digamos que empecé a extrañar traumatología. Y lo peor de todo era que no sólo recibía mi regañada del r-saurio sino que no sé cómo chucha se enteraba la gorda de la jefa de residentes, cosa que me venía regaño de martes loco, 2x1.

Esta era mi expresión al entrar en el ASSHOLE MODE...
Cuando llegó marzo, empezó a circular el rumor que todos estaban descontentos con nuestro trabajo (tratantes y r viejos me refiero) por lo cual cumplíamos los tres meses y ahí se ven. Por suerte todo fue infundado, pero me ensenó que el deporte más popular y practicado en SOLCA es justamente el chismorreo.
Precisamente en marzo, en sus principios, fue donde ocurrió uno de los sucesos que marcaría mi fama dentro del hospital. En las elecciones del 2007, creo que para elecciones generales, no recordé empadronarme en Quito, y ese día estaba de turno, cosa que me tocó sacar papel de presentado y a pagar multa. Lo malo es que el tribunal electoral cierra 4 en punto y yo salía 3 y media siendo optimista. Así que tras tres intentos fallidos y ya cabreado, fui a pedir casi de rodillas permiso para salir temprano. Me lo iban a dar cuando ¡puta mierda! me empiezan a llamar por un paciente y otro, y ya viendo 3 y media igual dar, salgo hecho un petardo y (ralentizen el tiempo) al ir pasando en la estación de enfermería me empiezo a quitar con la expresión de más arriba la corbata a los jalones y casi me arranco el mandil de encima, y gruñendo y jadeando salí a la corrida para lograr en trámite de marras.
Eso fue un miércoles, y para el viernes, luego de la visita general (debo de aclarar que cada día se hace dos entregas de guardia, matutina y de tarde; y el viernes teníamos que entregar las novedades de los pacientes ante los tratantes y la que hacía de medicina interna. Otro de nuestros azotes, en verdad. La Pelush -su apodo- nos podía tener agarrados por los huevos porque según ella podía hacer botar a cualquiera que no hiciera bien su trabajo. Obviamente, NUNCA hacíamos un buen trabajo) la Pelush me manda llamar y me dice calmadita "Dr. Triviño, se hará un recuento de hormonas tiroideas y una revisión psiquiátrica". ¿Cuál era el motivo, pregunté? "Que sus reacciones ASUSTAN al personal" fue la respuesta. Yo me quedé con la expresión de qué chu... pasaba hasta que me entero que fueron las batracias de las enfermeras las del chismecito. Así que hasta un electroencefalograma me mandaron a hacer, y lo cague de risa fue que primero al realizarme tal examen quise experimentar si la máquina me registraría cada vez que incrementase mi Chi, y sirvió! El que me hizo el registro quedó con el mandil manchado de tinta de lo violento que oscilaron las agujas. Y me dijo que mi patrón no era parecido a nada que hubiera conocido. Y lo segundo cague de risa, fue que cada tratante (psiquiatra, la gorda, el neurocirujano y alguien más) dieron razones distintas para ese patrón totalmente disparejo.
En fin, yo decidí nunca perdonarles a las batracias de enfermeras ese detallito, cosa que mi relación con ellas se volvió estrictamente laboral. Hola y chao.
Luego de terminar marzo, me preguntaba cúal sería mi nuevo servicio. Para mi gran sorpresa, me tocó nuevamente traumato! Supuestamente el jefe había dicho que quería que siguiera dentro. Así que fueron otros dos meses y una semana full de operaciones jodidas (amputaciones, reconstrucciones y eso), hasta que supuestamente por una queja del segundo tratante dije chao traumato y pasé tres semanas muy ricas y relax en cirugía permanente (el tapahuecos, te metes a apoyar en cualquier cirugía que haga falta gente). De todos modos terminé con muy buenos términos con los jefes.
Al terminar junio, me tocó rotar nuevamente. Cuando me dijeron el servicio, sinceramente me puse guardia arriba, pues uno de mis compañeros me contaba que uno de ellos era muy grosero y gustaba hasta de meter cocachos. Y si hay algo que me libera la bestia de UNA es que me metan un cochacho. Así que fui con la actitud de "tócame y te mueres". Nuevamente no sabía en lo que me estaba metiendo, pues se iba a convertir en el servicio más estimado y donde forjé grandes amistades. Me refiero a Urología. Pipiología para los entendidos.
Entré con el segundo al mando del servicio, el Dr. Rocha. Luego de explicarme cómo manejábamos los pacientes y eso, empecé a manejar una de las destrezas principales del urólogo. El tacto de próstata. No es lo mismo una que se palpe como una pelota de goma blanda que palpar una que parezcan los nudillos del puño. Y asimismo, saber evaluar los rangos del antígeno prostático específico (PSA) y de su fracción libre para discriminar si hacíamos o no biopsia. Fue así que mi dedito índice se convirtió en lo que podría ser un fetiche para individuos tipo Alvarito Noboa o Angelo Barahona.

/Imagen Borrada por Hotlinking/
"Aaaaayyyy mi dooooccc... ¡tan bello su dedito! ¿Me deja lamerlo?"


"¡¡Zape, torreja de mierda!!"

Claro que tuve una semana que parecía cabrito recién nacido, de tropezón en tropezón. Me estresé tanto que hasta se me bajó el azúcar y yo bien paniqueado porque pensaba que por fin me dio diabetes (soy predispuesto por parte de padre, y en cada guardia por lo general se consumía una coca cola de 2 litros, yo intentaba diluir mis vasos con agua de la llave pero igual era azúcar). Pero así y todo fui aprendiendo más y más. Ya le estaba cogiendo el gusto al asunto (no vayan a pensar mal, me refiero a las cirugías, que ya incluso me dejaba mi jefe sacarle los testículos a más de un abuelo, no es nada agradable cogerle la gaver a cualquier zambo, peor meterle el dedo en el culo) cuando llegó final de septiembre. Yo ya me estaba empezando a ver en otra rotación cuando se presentó el detallazo que cambió todo. Como quien no quiere la cosa le dije al jefe principal, el Dr. Gaibor, que yo era muy bueno en inglés y que no era tan malo dando clases. Y el hombre, al ingresar a la sociedad norteamericana de Urologos (uno de los grupos de especialistas más aniñados en el mundo) necesitaba de ley incrementar sus conocimientos de english.
Fue así que luego de que mis jefes echen su habladita con los responsables del caso, diciéndoles que se hallaban satisfechos con mi trabajo y por tanto requerían mi ilustre ayuda otro ciclo, me convertí en el TEACHER de Uro. Luego de dar consulta o si las operaciones eran cortas, nos reuníamos los tres a aprender inglés desde lo básico. Benditos RPGs y bendito bar Shooter`s que mantuvieron fresco siempre el inglés en mí. Y lo mejor que fui agarrando un guisito extra, siempre bienvenido.
Claro que en servicio las cosas no siempre fueron color de rosa. Rocha sólo se estresaba bajo grandes causas (mi semana cojuda por ejemplo) pero Gaibor es tan probo como fosforito. Pero el daba las regañabas por tal y cual razón y en el momento de hacer la cagada, no como tantos mmv en ese lugar que a veces lo reventaban a pedos y uno ni se acordaba cuál fue el paciente por el cual la cagó.
Llegó noviembre, y con ese mes llegó una persona que francamente, me cambió la vida.
Me refiero a la mujer que más he querido en esta vida de loco.
La neo-geek.

...y, por supuesto, su versión anime. Infaltable si tenía que hablar de ella.
Había hace poco terminado con mi ex-novia, la de Santo Domingo, que había conocido en febrero justo en el hospital. Recuerdo que me contaron que había por fin llegado una residente mujer ( el piso parece monasterio, puro huevo, sólo eran chicas la R3, una R4, otra R4 que habían echado y posteriormente dos R1 postgradistas pero que perdieron por desgracia el postgrado) llegada de Ambato. Mi primera impresión al verla fue "ah, esta flacuchenta debe ser la nueva residente. Pfffftttt". No fue sino hasta conocerla en el comedor cuando empezamos a charlar y a conocernos.
No sé cómo, no sé cuándo exactamente ni realmente porqué. Sería por que luego de la ruptura deseaba echarme nuevamente compañía, sería su calma y serena personalidad, pero alegre y luminosa, sería su rostro delicado y cuatro ojos... pero una noche de guardia finalmente acepté la idea. Estaba total y profundamente enamorado de ella. Así que esporádicamente empezamos a salir. Lastimosamente mis deseos de seducirla o proponerle algo se vinieron abajo al llegar diciembre, cuando pasé el episodio más enojoso, denigrante, humillante y miserable de toda mi vida en ese hospital.
Luego de una muy accidentada visita general de viernes, la Pelush estaba totalmente histérica y empezó a chillar que éramos unos completos inútiles TODOS, que no servíamos para nada, que manejábamos a los pacientes peor que nadie, y eso enfrente no sólo de tratantes sino también de rotantes de otros hospitales, quienes debieron haber sentido profunda verguenza interna ante esa demostración de malos modales y prepotencia tan bajo y deshonroso. El caso es que mientras ella chillaba su diatriba (con el apoyo incondicional del mmv del jefe de docencia, ya me daré tiempo de hablar del individuo en cuestión) uno de nuestros compañeros trató de tomar la palabra pero fue salvajemente callado por una avalancha de insultos e improperios por parte de ella. Nadie dijo nada, de los tratantes. Salvo uno, uno que siempre ha intentado apoyar a sus compañeros con gran riesgo para su propio futuro. Pero igual este buen tratante no podía contra la rampante furia de esta bruja. Nuestro compañero ese día con lágrimas en ojos decidió renunciar. Eso y escuchar rugir a ese dragón silbante que iba a hacer hasta lo IMPOSIBLE para que no nos renueven el contrato a ningún asistencial echó mi ánimo por los suelos, entré en una depresión y desidia enorme (nunca sonreía) y lo peor, decidí sepultar en lo más profundo de mi ser este tremendo amor que sentía hacia mi compañera, ya próxima a terminar su rotación. Luego que ella se despidiera, se enterase de mi amor por ella y las posteriores repercusiones (ver post respectivo), pasé la peor navidad de toda mi vida. Tenía guardia el 25, así que el 24 la pasé frente a mi lap, con una cena navideña completa (condumio, chancho asado, vino, chocolate y pan de pascua) totalmente SOLO. Nadie para compartir nada. Estaba en un estado de oscuridad absoluta.
Feliz 2008, y se terminó mi depre.
Seguía en urología pero esta vez bajo la tutela del duro, de Gaibor. Incluso dentro del mismo servicio, ambos tenían su estilo propio para la cirugía. Y como era obvio, también con él pasé mi semana medio cojuda. Los regaños eran más duros, pero asimismo lo superé y seguí. También tuve el chance de ayudar en grandes operaciones (como una extirpación radical de vejiga, un pedazo de intervención que tardaba uno 6 horas metido en quirófano) y lo mejor, empecé a apoyarlos fuera del hospital (claro que en chiqui, porque si no ardía troya, lo mismo que las clases). Fueron seis meses más hasta completar un año, ayudados unos 5 meses por un joven urólogo de Ambato que antes de irse a Solca Ambato (sigh) con nosotros hizo experiencia. Incluso ya me había hecho harta fama entre mis compañeros de pipiólogo. Claro está que cuando terminase mi rotación y ya que ahora sí iba a rotar a otro servicio, tenía que hacer una despedida digna. Mi compañero, como sólo anduvo 3 meses, se trajo unos sanduchitos con cola y pare de contar. Yo en cambio cité a los jefes a una parrilla argentina donde solía ir y comimos y bebimos vino como benditos. Cagados de risa hasta medianoche, empezando desde 7 y media.
Además, a principios de año, ya nos había dejado (¡Bendito Dios!) la gorda y asumió el puesto uno de los flamantes R4. Hizo las cosas lo mejor que pudo, aunque nunca estuvimos exentos de discusiones. Una vez, estando yo en quirófano, al parecer la Pelush nuevamente amaneció con los cables pelados y se dedicó a barrer nuevamente el piso con mis compañeros. La expresión usada ahora por esta gorgona fue compararnos con 007. Con licencia para matar. Nuestro jefe de residentes nos pedía comedidamente ser más responsables con los pacientes, tener paciencia y comprensión y eso, y fue cuando se me terminó la paciencia.
Di un salvaje golpe en la mesa y dije MUY CLARO que ya estaba hasta las pelotas de tanta humillada, tanta falta al respeto, tanta guevada, tanta filosofía de cabecita agachada. Más claro, dejé diciendo que todo aquel que se atreviera a faltarme al respeto de cualquier forma conocería mi modo Bestia. Así me echasen del hospital. Fue la única vez que agradecí la chismorrería del personal, pues hasta que me fui nadie intentó faltarme al respeto. Incluso, en mi típica actitud rebelde y desafiante, volví a dejarme crecer el pelo. Y al que me reclame cojudamente... se atendría a las consecuencias.
Riiico! Mi siguiente rotación iba a ser cirugía pediátrica, uno de los servicios más suaves del hospital, y cercano las residentes de pediatría. Hell yeah!. Mi jefe, Dr. Vicuña, fue un gran profesor y sobre todo me enseñaba a ser más calmo y menos salvaje. Es uno de esos hombres que puede permanecer sereno hasta en una sesión batracia del congreso y le dice a sus subordinados lo BUENO de ellos. Una actitud que francamente casi nadie, NADIE dentro de los tratantes suele practicar. Lastimosamente me salió media rotada, ya que por disposición de los de arriba tuve que ir a cubrir ausencias de mayores por esta u otra causa. Y Vicuña, con lo calmo y paciente que es, prefirió no protestar.
Al terminar mi rotación y empezar mi última rotación ocurrió un evento que fue aplaudido por casi todos mis compañeros. Ocurrió que, para variar, mis compañeros fueron sometidos a una sesión de tortura verbal por parte de nuestra gorgona. Y para terminar bonito, el jefe de docencia decide también darles su dosis de gabardina a cada uno, restregándole a cada quién por qué valía tres atados. El caso es que no me encuentra y al preguntar por mí el tipo se manda una tremenda malhablada hacia mi persona, acusándome de loco, de mangajo, de escandaloso, de esto y lo otro y que haría todo lo que tenía en su poder para hacerme renunciar. Fue un viernes. Yo me enteré en la tarde de la gracia. Lunes, 12:30, docencia. Luego de como nunca, asistir a la clase (y silbando antes de entrar el tema de Kill Bill) y al terminar salí silbando el mismo tema tras el tipo. Le digo muy seriamente que deseaba hablar con él y me hace pasar a su despacho. Es entonces cuando cruzo mis brazos, apoyo mi cabeza en las manos y saco mi mirada más demoníaca.

... muy parecido a esta expresión...
Así de esa guisa le pregunté con voz dura a este mmv que me dijera por favor todas las quejas y los motivos que tenía para que exigiera mi renuncia a como dé lugar. Creo que oí clarito cómo se frunció su ojete del susto. Y lo que más motivó mi ulterior desprecio por el hombre(?) fue que en vez de hacerme ver alguna queja o motivo, nada, se puso a cubrirme de halagos y piropos, que yo era el más opcionado para un postgrado, que me había recomendado hasta con el director, que blablablablabla... Lo que sí aclaró fue que por ley ahora los asistenciales duraríamos sólo dos años. Así que posiblemente no me renovarían el contrato.
Yo al despedirme le dije que cualquier queja sobre mí, me llamase a su oficina y me reclamase a la cara. Porque eso de andar hablando pestes a mis espaldas, me ponía sumamente MOLESTO. Claro que ni bien me fui, silbando el mismo tema, este tipo saltó sobre su postgradista más cercano y le chilló que quién me había encamado que él habló mal de mi persona...
Tras ése y otros eventos me gané el apodo de "Guasón" entre mis compañeros.
Tras unas últimas semanas rotando nuevamente con urología (mi papayal)tomé vacaciones las dos últimas semanas de diciembre. La navidad anterior fue tan a la mierda que esta vez pasaría sí o sí con mi familia y así fue.
Hice mi última guardia el 30. Y fue el 31, luego que las batracias de las enfermeras hicieran un monigote a mi imagen (dicen que eso da suerte... habrá que verlo) y de despedirme de casi todo el personal que pude (los que me caían bien , a los otros ni chao) di un muy sentido e intenso discurso de despedida a mis compañeros que sacó más de una lágrima. Y les dejé mi legado. Luego de un furioso puñetazo a la mesa que casi la quiebra, les dejé de herencia mi locura, mi furia, mi fuerza y mi deseo que NADIE vuelva a dejarse más a faltar el respeto. No más.
En fin, luego de estos dos años, resalto lo bueno, lo malo y lo feo.
Lo bueno: En SOLCA se maneja un nivel científico que está a eras de la mayoría de hospitales. Creo ahora que tengo bastantes criterios como para desempeñarme con soltura en cualquier hospital. El mismo hospital es recontra caché tanto en estructura como en equipos y personal. Aparte, no sólo he desarrollado mis conocimientos, sino lo más importante, el humanismo. Los pacientes son todo para el doctor. Lo menos que puede ofrecerle uno es una sonrisa sincera. He hecho buenos contactos y dicen que trabajar en este lugar te da fama. Veremos cuando toque buscar camello.
Lo malo: Con tanto stress y presiones, y turnos de hasta 32 horas, uno termina con un cansancio mental del carajo. Era patético para mí saber que un viernes en la noche a las 22:00 debía estar jodiendo vida con los panas, pero ni gaver, yo bien dormidote como tronco por el duro trabajo diario. Mi vida social era a veces un cero a la izquierda.
Lo FEO: Siendo los médicos los pilares de esta institución, NO ES POSIBLE que nuestros sueldos sean paupérrimos y miserables. No es posible que se nos reconozca sólo 13 mangos por cada guardia. No es posible que cirugías por las que se paga hasta 5000 latas se les dé 30 yankis al cirujano. No es posible que nos hicieran de nuestros 650-700 latas recortes de hasta 100 mangos por cuestiones de pagos a IVA e IESS. No puede ser que se dé mil veces más crédito a las damas voluntarias (viejas pedorras en mi opinión, sólo una se mereció mi cariño por sincera y hacendosa) dándoseles cada 15 días lujosas y fastuosas cenas en la sala VIP entre otros beneficios, y cuando fue el día del médico sonó esto por el altoparlante "SOLCA saluda a los médicos en su día - CLACK-". No es posible que entre los médicos se apuñalen mutuamente. No es posible que nosotros los residentes, seamos sometidos a continuas faltas de respeto y vejámenes por personas que tal vez sepan más que nosotros pero que muchos de ellos a mi parecer, como personas, como seres humanos, valen dos carretadas de VERGA. Sobre todo los de gastro.
En fin, ya estoy libre. Se ha terminado. Medio medio me ofrecieron regresar en corto, pero voy a rechazar esta oferta. Otro año de la misma guevada... no.
Todo lo dicho fue en honor a la verdad, y sé que olvidé hechos y detalles.
FAREWELL, SOLCA.

12 comments:

Gabriela Bowen said...

Sí, así exactamente me lo contaste :D bueno gracias a jisuscraist(¿?) ya estas lejos de ellos y ellos de ti que es lo más importante para tu salud mental (jaja salud mental...)
Bks doc

LA Gaby said...

Saquemosle el dedo al Resident! Bienvenido de nuevo Traveler :D

Mucha suerte en esta nueva etapa de tu vida!!!

Paolita said...

1.-EN HONOR A LA VERDAD AHORA UNA REPLEDA X TENER EL CABELLO LARGO NO ESTA NADA MAL, niño las mujeres utilizamos el cabello largo tu no, al menos qqqq...................


2.- todas tus miradas son demoniacas

3.- x qno el tomaste foto a tu año viejo muero x verla

|_Bonny_| said...

Me recuerda a mi paso por el Liceo Naval.

Comienza una nueva etapa en tu vida, animo y suerte!

Paolita said...

me olvidaba el punto 4.- BAKAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA te gane!

Anonymous said...

Hable serio compadre, y donde vas a trabajar en lo posterior?

Vas a Guayaquil a continuar con las labores medicas?

O ya piensas seriamente en ponerte tu consultorio particular?

De ser lo que sea, aunque no he podido conocerte en persona me alegra saber que has dado una catedra de humanidad en estas instituciones donde el sufrimiento por el dolor del paciente y de sus parientes no es tomado en cuenta por elementos indignos de trabajar en un lugar como SOLCA, hasta la cara del Solon Espinoza es remordida.

En fin, sigue contanto de tus andanzas ya que eres el "traveler" y exitos en tu vida personal y profesional.

Un abrazo compadre Tofu.

rayuelarcaica said...

vaya, como nunca me dedique a leer un post largo de una historia personal y si que quede satisfecha, el Dr. Tofu ha sido de mi tipo de personas, no cuesta nada ser honesto y tratar a las personas como se merecen.

Yo tengo una relacion muy personal con oncologia, no con el solca, pero si con la materia; no por gusto sino por diseno. Tengo algo llamado higroma quistico y hasta ahora no estoy 100% segura de que mismo es o por que lo tengo pero ya nada.

Un muy buen saludo de nuevo anio y lastimosamente no tengo la direccion de la pagina esa, fue algo en lo que cai por casusalidad pero si la vuelvo a ver te aviso.

un saludote!

Carlos said...

Me he cagado de risa guasón jajaja

Disfrute esa FREEDOM antes de mochilear mijo...

Paolita said...

CHUCHO ME OLVIDABA DE ALGO, jiji bakaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa tu sabes par no perder la costumbre

Anonymous said...

Impactada con todo lo que nos has narrado de ese sitio y la forma en que fuiste y son tratados. Un médico merece todo el reconocimiento del caso y pienso, debe estar en un ambiente laboral armonioso para poder darse a sus pacientes como es debido. La labor del médico es loable en grado sumo y no merece más que la consideración, el respeto y la valoración de todos. Médico no es todo el mundo y además debe ser bien pago.

Gracias por ese honor a la verdad.

Lo mejor para tí en este 2009!

Anonymous said...

Ah!! pero ¡Enhorabuena! por encontrar a tu amada.

Besitos para tí Tofu!

Natalia Cartolini said...

Jajaja, al igual que tu, yo espero no volver a ese lugar, la verdad es que me trae malos recuerdos, pero en fin, que bueno que ya saliste de eso!! Me fuiste de gran ayuda cuando trabajaste allí.

¡Abrazo!